Sudor y gloria para el hombre que quería cumplir un sueño en Granada

Su discurso siempre ha girado en torno al grupo, sin protagonismo personal para quien es vació cada vez que el entrenador necesitó apuntalar el centro del campo. Cuando salió absolutamente vaciado del Francisco de la Hera y extenuado después de que el árbitro expulsara a 'Saneme' en el '37 y vérselas con toda la medular para él hasta que mediada la segunda entró Aguirre para colaborar, dijo que para él lo más importante era «sentirse orgulloso de participar en este equipo». El Granada había amarrado un empate sin goles y sin nada ante el Extremadura más rácano de la temporada y a Martín se le venía a la cabeza el grupo cuando le preguntaron por lo personal.

Y quizá sea este un trazo válido para bosquejar a quien es uno de los capitanes de este vestuario por méritos propios porque es aquí tanto como sobre el verde donde se amarra al grupo. Y Martín ha sido garantía cumplida con este rol para el míster Martínez. Las lesiones no le otorgaron todo el respeto que merecía su esfuerzo y pese a todo no le han faltado a este extremeño pretendientes en otros proyectos de Segunda durante la temporada. Pero siempre dijo que aquí era feliz y que aquí iba a cumplir sus sueños, como siempre lo hizo, dando hasta la última gota de sudor y el último pase de talento que puedan conceder sus botas.