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la resaca

Pina, los chinos y la serpiente primaveral

Pina, los chinos y la serpiente primaveral
  • Concluyó el curso pero no la intriga en el entorno del Granada. El posible cambio de propiedad y lo que afecte a la gestión del club abren el suspense de entretiempo

1. A Quique Pina sólo se la ha faltado adoptar forma de balón y colgarse un silbato al cuello. El resto de los roles del fútbol los ha cubierto. Pina es algo más que un presidente. Se trata de un verdadero conseguidor, astuto para lograr sus objetivos. Amigo de la providencia, exitoso hasta en giros que contaron con muchos detractores y que al final le llevaron a la meta. Pero ahora, está a la intemperie. No domina los tiempos y esto lógicamente le enerva.

2. Ascensos, permanencias y saneamiento económico son sus tres grandes hitos como gestor del Granada. Sus flirteos en su momento con el Cádiz, la apuesta por un entrenador mediático y caro como Caparrós en su día por encima del ideal deportivo que en realidad buscaba (Jémez o Laudrup) y el silencio ante operaciones impuestas por la maquinaria Pozzo y no por su propio gusto, como los recientes Musavu King o Neuton, salpican levemente una trayectoria notable, que despertaría envidia en perspectiva para muchos otros, aunque el equipo no haya alcanzado el esplendor en el juego que se ansiaba.

3. Como seguro que piensa, cada salvación se convierte en una oportunidad nueva de mejorar. Pocas aficiones pueden sentirse más orgullosas del estilo de su escuadra que la del Rayo y, sin embargo, el curso que viene estarán en Segunda división. Mantenerse y tener las cuentas al día da un soporte con el que regenerarse siempre y esto persiste en los rojiblancos. Ha sido y es el aval de Pina, pero esta vez puede no ser suficiente de cara al máximo accionista.

4. Es paradójico, porque el murciano jamás ha estado tan a gusto en la ciudad como ahora. La distracción gaditana se rompió entre otras cosas por sus desavenencias con Vizcaíno, sí es que alguna vez consideró aquello algo más que una posibilidad secundaria de negocio. Su estabilidad emocional, nuevamente padre no hace demasiado, le han afincado en Granada a tiempo completo. A Pina le han empezado a salir raíces y poco a poco estaba superando su aversión a abrirse al entorno social al que está obligado por su posición institucional.

5. Un cuerpo técnico en el que confía, una ciudad deportiva chequeada y de máximo nivel, un grupo unido en el que con las mejoras adecuadas se puede dar un salto de calidad, una inyección económica extra con los nuevos derechos televisivos y el fin del plan de pagos del concurso de acreedores. Un panorama espléndido para estrenar la sexta temporada en la élite en agosto, hasta que el secreto a voces del grupo asiático salió tras las cortinas de la especulación.

6. El aficionado quiere saber plazos de resolución, pero ahora mismo son difíciles de calcular. Esta semana habrá conversaciones a distintas bandas y la estimación es que el entuerto sobre la venta se despeje en unos quince días. Pero todo puede cambiar en horas. Se puede acelerar, si los chinos van de mano, o se puede hostilizar, si Pina se pone rebelde y se siente engañado por un Pozzo que le prometió un tácito derecho de tanteo.

7. Es imposible enfocar el análisis ante el desconocimiento flagrante del proyecto alternativo. Se saben las sociedades implicadas, algunos de los personajes ínclitos, pero no su capacidad para administrar un club, más allá de las aventuras que Desports y Media Base Sports han comandado o rigen en este mundillo. Como poco, son novatos en la materia, aunque existe la opción de que la falta de experiencia práctica la puedan compensar con una inversión mastodóntica. Todo, en cualquier caso, es pura conjetura. No han pasado de los despachos y apenas ha llegado información por las muchas grietas abiertas, que sí han bombardeado a los directivos actuales en estos meses.

8. Sobre la mesa, una cantidad importante. Pero esto no es lo que más preocupa al hincha. Es saber qué modelo de entidad espera. Qué pasaría con algunos de los mejores talentos, que como es conocido pertenecen a la red del italiano y no al equipo como tal. Descubrir si habría convenios para retener a los Success o compañía, o si los nuevos tendrían las manos limpias y desatadas. El misterio tendrá que salir pronto de la oscuridad, porque puede que no sea necesario preguntarle al aficionado, pero no se debe de avanzar a espaldas de esta realidad. Es, en términos financieros, el cliente más próximo.

9. A Pina sí se le pone cara y son asumidas sus intenciones. Quiere una continuidad sin las cortapisas de la urgencia de vender precipitadamente los activos. Impregnar el vestuario de sentimiento de conjunto y no de un clima de factoría, en la que promocionarse y pirarse. Testifica que tiene un inversor, que presentaría si Pozzo le alienta a comprar. De ello no se sabe por ahora nada más. Sólo que se le ve algo apesadumbrado, como si intuyera el cambiazo en sus morros.

10. Cada seguidor implora por más noticias con las que decantarse, aunque sean elecciones sin voto. El conflicto está entre la aparente seguridad sostenible que pregona Pina y la sugerente quimera oriental. Pozzo ha demostrado ser un tahúr y si mira sólo por la pasta directa, se abrazará con Pere Guardiola. Si sopesa otros beneficios a largo plazo, estrechara la mano con el que ha sido más que un empleado, pero con el que rompería una relación de más de una década. Fue su ojeador, su consejero, su alto ejecutivo, pero nunca su enemigo. De Pozzo depende que Pina no adquiera esta condición. No será tan rico como los que le llevaron a Shangai, pero sí más vivo.