Corría el mes de noviembre del año 1987. El Granada CF acababa de ascender a Segunda División, y se preparaba para una temporada emocionante en la categoría de plata del fútbol español. Entre las sorpresas que la directiva del club nazarí, encabezada por Alfonso Suárez como presidente, se propuso ofrecer a la afición se encontraba el fichaje del menor de los hermanos Maradona, Lalo, procedente del Boca Juniors.
Así, cuando el día 15 de dicho mes el Malmoe, club elegido para disputar un amistoso, visitó el estadio de Los Cármenes, los aficionados rojiblancos ya sabía que el benjamín de los Maradona estaría sobre el verde de Los Cármenes. Lo que desconocían es que a su lado estarían sus dos hermanos: Hugo, que militaba en el Rayo Vallecano, y Diego Armando.
Por aquel entonces 'El Pelusa' jugaba en el Napoles, y su participación en el encuentro fue pactada, no sin antes establecerse una serie de condiciones, como el propio Suárez reconoció en una entrevista concedida a AS, previa al partido de Liga de Campeones que enfrentará al Madrid con el club sueco: “Nos puso como condición no jugar con ningún rival español. Él pertenecía al Nápoles y no quería lesionarse. Y nos sugirió el Malmoe”.
Tal fue la expectación que levantó la presencia de los tres hermanos Maradona en el terreno de juego nazarí, que el Granada recaudó 25 millones de pesetas, de los que se quedó 20, tras pagarle los cinco prometidos al Malmoe. Para que se hagan una idea, justamente 20 millones era el precio que había pagado por Lalo Maradona. La historia de un fichaje que se amortizó en un solo partido.