Ideal
Granada CF

pisando charcos

Visión

Mírenlo por el lado positivo: si la insistencia por poner laterales y pivotes en los costados le acaba saliendo bien a Caparrós, podrá presumir de haber defendido una propuesta en la que muy pocos creyeron. Hará felices a esos forofos que además de disfrutar de las victorias, gozan de la humillación de los que yerran al opinar. Demostraría que la mayoría está equivocada y que el camino tiene un horizonte. Donde muchos sufrimos miopía, él estará contemplando algo maravilloso. Eso debería de tranquilizarnos.

Sobre Caparrós, al que con 0-2 el sábado una peña del estadio le coreó el apellido, se empieza a diseminar la impresión de que existe en el periodismo una cacería en torno a su figura, como si alguna vez nos hubiéramos puesto de acuerdo en algo, ni siquiera en la propia casa. La milonga del supuesto corporativismo. Hay tres factores en los que este técnico mejora a sus predecesores. Cuenta con más experiencia, algo que puede ser relativo en los primeros metros pero que adquiere relevancia en la carrera de fondo que es la Liga. Su jerarquía es mayor ante jefes y subordinados, como demuestra que no se le vea preocupado por trastocar alineaciones y tener a algunas inversiones en el garaje. Pero, sobre todo, el dominio de la escena le hace singular. Igual que reconvirtió una crisis de imagen en una oportunidad con lo de la portada, es capaz de generar estrategias que desvíen la atención hasta que encuentre la escapatoria.

Tengo fe en que Caparrós sacará al Granada adelante, porque insiste en que todo se está haciendo como se debe, menos alguna cosilla atrás. Necesito creer, porque argumentos manejo menos. Pediré cita con el oftalmólogo o traslado de la cabina a un fondo. Quizás desde allí tenga una perspectiva mejor y vislumbre el futuro, o sea más permeable a la persuasión del hombre que convulsiona en el área técnica.