El Alcorcón sirve cianuro en la Copa (0-2)

Poco se imaginaba el Granada que el camarero iba a servirle una copa que, en vez de un dulce licor, contenía cianuro para envenenar al conjunto rojiblanco por tercera vez consecutiva en dieciseisavos de final. Los de Alcaraz acusaron las rotaciones facilitadas por el 0-2 de la ida y se encontraron con un tanto en las postrimerías del choque que obligó al tiempo extra y, con posterioridad, a una tanda de penaltis en la que se vio un nuevo 'Alcorconazo', que cumple con su regla de eliminar a un equipo de Primera cada dos años (Real Madrid en 2009, Zaragoza en 2011 y Granada en 2013).

Las rotaciones se impusieron en el 'once' de Alcaraz, pues la cercanía del encuentro en Vallecas -y, sobre todo, la proximidad del próximo sábado contra la Real Sociedad- movió al técnico a darle minutos a los menos habituales. Con Benítez de lateral zurdo, Coeff y Fatau en el 'trivote', el esquema no tardó en mostrar algunas grietas fruto de la inexperiencia de los jugadores escogidos a estar juntos en un compromiso oficial.

El Alcorcón mostró mucho empeño, aunque durante muchos minutos fue más voluntad que otra cosas. Juli se mostró omnipresente en el ataque alfarero, que la mayoría de las veces desembocó en disparos lejanos que no inquietaron a Karnezis.

Los rojiblancos estuvieron incisivos por la banda izquierda, con Benítez sumándose con frecuencia al ataque para apoyar a un animoso Pereira. Eso sí, los bocados no dejaron mella en la piel de los visitantes pues tan solo Recio probó suerte desde la frontal, con más intención que puntería.

El partido parecía abocado al empate a cero al descanso, pero Karnezis surgió para sacar un mano a mano a Jesús. Eso sí, el meta griego no pudo hacer nada ante el remate de Verdés, que cabeceó solo en el área pequeña ante la inoperancia de Coeff y Diakhaté, que dejaron solo al alfarero.

Alcaraz no lo vio claro nada más reanudarse el encuentro, por lo que introdujo en el campo a Piti y Riki en lugar de un apagado Buonanotte y de Pereira. Los recién entrados enseñaron más los dientes en dos minutos que todos sus compañeros en el tramo del choque sin ellos. Aun así, el acierto de cara a la portería de Dani Giménez fue el mismo.

El portero del Alcorcón desvió los claros remates del delantero madrileño, por lo que la eliminatoria siguió abierta a una sorpresa que se dio finalmente. Nagore recogió un balón repelido y soltó un duro zapatazo ante el que Karnezis pudo hacer más y se coló en su portería. Los alfareros obtuvieron el premio de la prórroga ante una parroquia granadinista que no imaginaba que iba a trasnochar en Los Cármenes.

En el tiempo extra apenas hubo algo aparte de un susto de Karnezis y todo se decidió en la tanda de penaltis. Piti y Sanz marraron los lanzamientos y, en la muerte súbita, Murillo falló el tiro decisivo que rubricó un nuevo Alcorconazo y la enorme frustración de ver el 0-2 de la ida tirado por la borda.