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Lucas Alcaraz, entrenador del Real Zaragoza, posa en las instalaciones del club. NURIA SOLER
Lucas Alcaraz: «Espero que el Zaragoza y el Granada acaben en Primera el año que viene»
Entrevista

Lucas Alcaraz: «Espero que el Zaragoza y el Granada acaben en Primera el año que viene»

El técnico granadino se enfrenta al equipo de su vida en el segundo partido con los maños, ante unos nazaríes que cree que están mostrando «una gran firmeza»

Rafael Lamelas

GRANADA

Viernes, 2 de noviembre 2018, 01:06

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Estaba en un paréntesis, acudiendo habitualmente al palco de honor de Los Cármenes invitado por los Veteranos del Granada, pese a mantener su abono como siempre. Pero Lucas Alcaraz conoce la situación de su oficio y que pronto suele haber colegas en peligro. Cayó Imanol Idiákez en Zaragoza y le llamaron. Empezó su etapa con derrota este pasado domingo y, sin dilación, se estrenará en La Romareda ante el equipo de su tierra.

–Ha pasado de ver partidos en el palco de Los Cármenes a volver a medirse al club de toda su vida.

–La verdad que sí, es curioso. Al final es algo normal cuando estás trabajando en otro lado, pero no deja de ser una casualidad que nos crucemos tan pronto, al segundo partido, aunque No es allí, el campo en el que más veces había estado desde principios de temporada.

–¿Se esperaba volver tan pronto al 'ruedo'?

–Nunca sabes cuándo toca. Casi siempre que he estado sin entrenar he retomado en octubre. Me pasó en el Levante, en el Granada en la tercera etapa y ha ocurrido ahora.

–¿Cómo analiza al Granada desde la distancia?

–Es un equipo que está con una dinámica positiva, bastante intenso y rápido en las transiciones. Está en un buen estado de confianza.

–¿Qué le parece la labor de Diego Martínez al frente?

–Me enfrenté a él cuando estaba en Osasuna y yo en el Almería. Está haciendo buen trabajo, le están encajando bien las piezas. Aparte, empezó su labor desde el principio, en pretemporada, con jugadores afines a su forma de ver el fútbol y por el momento las cosas le están saliendo bien. El tema es largo, pero los puntos que tienen ya no se los quita nadie.

–¿Por qué cree que esta temporada, en apariencia, sí están saliendo bien las cosas?

–El equipo está en bastante sintonía con el entrenador y las expectativas no son tan altas, lo que relaja el ambiente. Tanto plantilla como cuerpo técnico están funcionando.

–Es llamativo que cuando menos expectativas se habían levantado en el entorno, mejor está rindiendo el equipo.

–Son dinámicas que se generan en función de muchas circunstancias. Una de ellas es controlar las urgencias. Puede pasar que si empiezas bien se genere un estado de ánimo y confianza como el que hay.

–¿Observa al Granada con las condiciones para plantearse el reto mayor del ascenso?

–Es una liga muy larga, pero en estas jornadas ha demostrado una gran firmeza. A día de hoy todo el mundo lo ve con capacidad para estar arriba. Veremos si aguanta el tirón, porque el año pasado a esta altura también se veía igual.

–¿Qué recuerdo guarda de su última etapa en el club?

–Recuerdo que intentamos hacer todo lo posible por salvarlo. De lograr en momentos enmendar un poco el rumbo, pero las circunstancias no acompañaron en instantes claves, aunque creo que hubo una reacción entre diciembre y primavera. Luego, algunos futbolistas se nos cayeron en fases importantes.

–¿Ha tenido la oportunidad de charlar con el presidente desde entonces?

–Pues sí, precisamente coincidí con él en el palco en el partido ante el Mallorca.

–¿Qué le comentó?

–Nada, un saludo protocolario. Nos deseamos suerte mutua, dentro de la cordialidad.

–Queda sólo dos futbolistas de aquel ciclo, pese a que no fue hace tanto. Uno de ellos es Adrián Ramos. ¿Qué nos puede decir sobre él?

–Llegó en aquel último mercado de invierno en Primera y tuvo una irrupción brillante. Luego nos lastró su lesión en un momento delicado, en el que teníamos que ir a Gijón. La temporada pasada, en Segunda, entre los problemas físicos y su propio rendimiento tuvo más sombras que luces. Parece que esta campaña vuelve a ser el jugador que asombró en sus primeros meses. Es un futbolista muy completo, que hace muchas cosas. El tema del gol no es lo único. Hace jugar al equipo.

–El otro es Rui Silva, que no llegó a disputar ningún minuto cuando estaba al frente de la escuadra.

–Lo está haciendo bastante bien. En aquel momento Ochoa venía rindiendo y Rui llegó en enero. Era una incorporación más con vistas al futuro que una urgencia de presente.

–También conoce bien a Fede Vico, al que hizo debutar en el Córdoba.

–Sí, él tenía 16 años, aunque no estuvo mucho conmigo, porque en aquella temporada estaba con la selección española, la autonómica, la de Córdoba... Dispuse poco de él. Era muy joven. Ahora tiene un bagaje importante.

–Usted tiene un récord que impresiona. Temporada vigesimocuarta consecutiva que trabaja en una de las tres principales categorías del fútbol nacional.

–La verdad es que estoy muy orgulloso de ello. Sin ánimo de ser pretencioso, es difícil mantenerse en esta posición durante tanto tiempo porque cada vez hay compañeros más preparados. Esto provoca que me esfuerce mucho en reciclarme. Sólo con la trayectoria no eres capaz de mantener en puestos así si no te adaptas día a día.

–¿Qué cree que valoran de usted los proyectos que ponen en sus manos?

–Supongo que es el método de trabajo porque no soy una persona de perfil mediático. Precisamente por esto he repetido en algunos clubes. Donde me conocen, puedo volver.

–¿Cómo se ha encontrado al Real Zaragoza?

–Es un club con una masa social importantísima, con mucha historia. Esto se traduce en exigencia. Aunque el equipo no ha estado consiguiendo resultados, creo que hay potencial. Hay que revertir esta situación y generar confianza. Tenemos que elevar el rendimiento de ciertos jugadores. Contamos con gente con talento. Estamos en una época en la que, circunstancialmente, tenemos cuatro o cinco futbolistas importantes lesionados, pero tenderemos a recuperarlos y esto fortalecerá al grupo.

–Desde fuera parece que, de momento, se echa mucho de menos a Borja Iglesias en ataque.

–Es difícil sustituirlo porque fue un jugador que aunaba muchos goles. Aparte, hacía otras cosas. Pero yo creo que este año, si los delanteros que tenemos se recuperan y consiguen una regularidad de participación, podemos tener el mismo potencial pero más repartido. Hay jugadores que son capaces de tener gol, pero han empezado el curso de manera accidentada, perdiéndose muchos partidos. Quieras o no, merma las fuerza del vestuario.

–Cuando se llega a un lugar como 'bombero' como es su caso, ¿es más importante la gestión psicológica o se puede profundizar pronto en cuestiones tácticas?

–Hay que ir con cuidado. Uno tiene que respetar la identidad de las cosas que han funcionado. Estaríamos más cómodos recuperando a gente que está con problemas físicos. Pero sobre todo hay que restablecer los valores de este equipo cuando ha jugado bien y, evidentemente, introducir matices personales. Hay que dosificar la información. Generar un colapso cuando se está compitiendo y sólo se ha podido intervenir en unos cuantos entrenamientos, creo que sería contraproducente. No tienes una pretemporada.

–La cosa no ha empezado bien, con esa derrota en Elche.

–Hasta el segundo gol el equipo estuvo en el partido.Hizo más cosas buenas que malas. Con pocas ocasiones, eso sí. Es verdad que después del tanto de Nino nos costó mucho. Por tanto, tenemos que aprender a conceder menos porque, al fin y al cabo, esto te puede lastrar.

–¿Cómo contempla el encuentro del domingo?

–Evidentemente quiero que gane el Zaragoza, cada cual tiene su objetivo. Nosotros estamos muy necesitados, negarlo sería mentirme, pero tenemos que ser capaces de jugar con tranquilidad. Deseamos una victoria y hay que saber gestionar esta pretensión. Hay que pensar en los aspectos que nos hacen fuertes para acercarnos al triunfo, no en la trascendencia del partido en sí.

–Juegue a futurólogo. ¿En qué posición acabará la Liga el Granada y el Zaragoza?

–Espero que los dos terminen en Primera división el año que viene. La posición me da igual, porque al final lo importante es el destino.

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