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La Crónica

Enrachados en una ruleta rusa

El Granada vence al Extremadura por 1-3 en un partido en el que pudo suceder de todo

ANTONIO NAVARRO

ALMENDRALEJO

Domingo, 9 de septiembre 2018, 20:26

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Hay veces en las que el fútbol pone a los equipos en situaciones límite. En esos momentos ya no se trata de ensayar lo visto anteriormente en los entrenamientos diarios o encima de una pizarra, sino de sobrevivir y esperar a que amaine el temporal. Eso supo hacer el Granada en el Francisco de la Hera en un duelo en el que se adelantó pronto, en el que le empataron nada más empezar la segunda parte y en el que supo doblegar las adversidades con las que convivió en el segundo tiempo.

No pudo empezar mejor el partido para los intereses del equipo granadino. A los tres minutos Montoro robó un balón en campo rival, abrió a Vadillo en banda derecha y éste puso el balón al centro del área, lugar en el que apareció Puertas para cabecear a gol (0-1).

Extremadura UD

Manu García, Álex Díez, Pomares, Pardo, Aitor; Barrera, Gio Zarfino, Kike Márquez (Willy, m.53), Diego Capel (Valverde, m.63); Enric Gallego y Chuli (Billy Arce, m.72).

1

-

3

Granada CF

Rui Silva; Quini, Víctor Díaz, Germán, Álex Martínez; Fede San Emeterio, Montoro, Puertas (Nico Aguirre, m.81), Fede Vico (Pozo, m.60), Vadillo (Martínez, m.68); y Adrián Ramos.

  • goles 0-1, m.3: Puertas; 1-1, m.58: Enric Gallego; 1-2, m.67: Puertas; 1-3, m.87: Pozo.

  • árbitro López Toca (colegio cántabro). Amonestó a los locales Pardo, Barrera y Kike Márquez así como a los visitantes Puertas, Víctor Díaz y Quini.

  • incidencias Partido de Liga disputado en el estadio Francisco de la Hera ante 9.907 espectadores (cifra oficial).

Los siguientes minutos mostraron a un Extremadura sobrexcitado por la falta de puntos y la pasión de su afición, más pendiente de protestarle al colegiado de animar a los suyos. Esto motivó que hubiera continuas caídas de jugadores y protestas por manos, bien solucionadas por el colegiado la mayor parte de las veces. El Granada defendió bien su ventaja pero poco a poco fue perdiendo el control del encuentro y el equipo extremeño fue dueño y señor del partido en los últimos diez minutos del primer acto. Rui Silva tuvo que salvar dos goles del local Zarfino: el primero tras un tiro desde la frontal demasiado centrado (m.35) y el segundo tras un chut mucho mejor colocado desde una posición más lejana, ante el que demostró excelentes reflejos (m.36). La afición local dejó entrever su enfado con el trío arbitral cuando expiró el primer tiempo.

En la reanudación el Extremadura salió decidido a seguir buscando el empate con el mismo brío y Pardo rozó el 1-1 con un cabezazo a la salida de un córner. Vadillo recordó que seguía sobre el verde y pudo cambiar el destino del partido si hubiera tenido algo más de precisión en una jugada personal que finalizó con un disparo al poste (m.50). Parecía que el Granada podría volver a controlar la situación e incluso San Emeterio pudo celebrar su primer gol de rojiblanco de no ser por Manu García, pero la entrada de Willy al terreno de juego le dio una vida extra al Extremadura y el punta fue clave en la jugada del empate: en la que puso el balón en los pues de Enric Gallego, que enloqueció al público del Francisco de la Hera con su tanto del empate.

El partido pasó a ser una ruleta rusa. Willy remató al larguero, Vadillo casi marca con un disparo cruzado, Barrera falló el segundo cuando solo tenía que empujar el balón con suavidad desde el interior del área pequeña y Puertas luchó hasta la extenuación por un balón que parecía perdido en el área rival, pero que recuperó y acabó inscrustando en el interior de la red. Todo eso aconteció en diez minutos vertiginosos. El Extremadura volvió a cargar con el peso del partido, pero el Granada sabía que tenía que aguantar. Debía aguantar como fuera para que los tres puntos volaran. Y lo hizo. Y Pozo regaló a los alrededor de 60 granadinistas desplazados a Extremadura una obra de arte, su primer tanto de la temporada (1-3). En el descuento no hubo tiempo para mucho más. Fue un partido duro, en el que pudo suceder de todo pero este Granada sabe vivir a la intemperie y por momentos da la sensación de que hasta le ha cambiado la suerte en relación al discurrir de los partidos en temporadas anteriores.

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