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Fede Vico protesta al asistente durante el partido en Alcorcón. J. M. B.
Debate en la zona de incertidumbre
Granada CF

Debate en la zona de incertidumbre

La salida de Fede Vico del 'once' coincide con cierto desajuste en la mediapunta pese a ganar dos citas de tres

Rafael Lamelas

Jueves, 1 de enero 1970

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La solvencia con la que el Granada despachó al Córdoba impidió intuir que Diego Martínez fuera a retocar su alineación para el siguiente partido. Tras varias semanas con un rendimiento irregular, nada hacía pensar que Fede Vico fuera sacrificado precisamente después del enfrentamiento ante sus paisanos. Por fin se estrenó ante el gol y gozó de otro par de llegadas muy claras, que marró con todo de cara. Pese a ello, parecía su actuación más convincente. Sin embargo, el entrenador sorprendió con la presencia de Alejandro Pozo como titular en Reus, sacrificando al futbolista que venía ocupando la mediapunta desde principios de curso, aunque fuera sustituido habitualmente durante las segundas partes. No fue un relevo natural, porque Pozo se acopló a una de las bandas –la izquierda, aunque luego alternándose con Vadillo–. Se fue al enganche Antonio Puertas, máximo anotador del equipo, que hasta entonces solía partir de uno de los costados.

La solución debió de gustar mucho al técnico gallego. En un campo en el que se mastica poco el juego, Puertas generó mucha preocupación en la zaga catalana por su libertad de movimientos, coronando su actuación con el segundo tanto rojiblanco a centro de Pozo. Esta variante, ya sin Fede Vico, continuó la siguiente semana ante el Mallorca en Los Cármenes. Un duelo diferente, sin las apreturas de Reus, con mayor disputa de la posesión. De hecho, se repartió equitativamente, aunque los bermellones remataron más –trece veces por diez del Granada– y obligaron a cuatro paradas de Rui Silva por sólo una de Reina. Una genialidad nazarí, con el taconazo de Vadillo y el disparo combado de Pozo, resolvió el entuerto. Fue un partido muy disputado y, aunque hubo algunas llegadas peligrosas, a los rojiblancos se les vio menos acoplados. Todo se justificó en que el rival también compite y venía en un momento dulce.

Pozo por dentro

Nada cambió en la alineación de Alcorcón. Diego insistió en ubicar a Puertas a medio camino entre la medular y el ataque. Al conjunto le costó juntarse al principio. La presión alfarera, intensa en la intersección del terreno, dificultó la salida de balón de San Emeterio y Montoro. Puertas entró en un trance ante la falta de espacios y el Granada trató de esbozar un plan de ataque desde la asimetría. Así, Pozo acudió hacia el centro, escorándose un poco a la izquierda, para ayudar a Vadillo a hostigar al lateral Laure, uno de los generadores de salidas para los locales, de manera que ambos percutieran en un 'dos para uno' para encontrar el hueco en ataque.

La dinámica se alteró tras la expulsión de Víctor Díaz y, sobre todo, después del penalti que cobró Díaz de Mera. Ante la roja, Martínez se decantó por prescindir de Vadillo, sabedor de que los esfuerzos defensivos de Puertas son más intensos y podían ayudarle a equilibrar el vacío durante ese acto. El almeriense se fue al costado diestro. La entrada de Rodri por Álex aceleró la tendencia ofensiva, con una zaga de tres, extremos haciendo de carrileros y dos referencias arriba. Fueron momentos vibrantes que ilusionaron a la hinchada desplazada, pues el equipo se fue a buscar el partido y generó lo suficiente para empatarlo. Incluso para ganarlo.

Aun mejoró más cuando apareció Fede Vico en el campo por Puertas. El Granada se distribuyó desde un aparente desorden que, lejos de perjudicarle, le siguió aproximando al gol. El cordobés no se pegó tanto a la diestra, que quedó en plenitud para su paisano Quini, y se insertó en diagonal hacia el balcón del área, cerrando con un puñado de disparos a los que les faltó algo de potencia. También provocó algún córner.

Aunque en el vestuario se ha interpretado públicamente la derrota como un accidente condicionado por la labor arbitral, lo cierto es que Diego Martínez reconoció antes del choque que la desaparición de Vico de su propuesta inicial conlleva aspectos positivos y negativos. Es evidente que la relación con el gol de Puertas y Pozo es superior en apariencia a la del 'catorce', pero con el cordobés da la impresión de que se conjuntan bien. «Estos jugadores –Puertas y Pozo– te pueden hacer daño por fuera y tienen finalización. Pero eso no quita que en un partido o un momento concreto también habríamos podido estar desajustados con Fede (Vico). Tenemos que manejar varias posibilidades porque, independientemente del once, el rival juega también. No obstante, qué bonito es el fútbol. En las jornadas 1 y 2 teníamos que jugar con dos puntas y ahora resulta que Vico es necesario. Entiendo que cuando tomamos una decisión, unos te dan unas cosas y otros no», explicó en la última previa.

Diego cambia poco

Las dudas en la llamada zona de incertidumbre están abiertas. Si es fiel a su hábito, el vigués tocará poco su formación, más allá de los cambios obligatorios, como por ejemplo la presumible baja de Víctor Díaz por sanción, que beneficiará a Quini. Todo dependerá de cómo analice el partido ante el Almería. Martínez deja pistas de sus gustos, aunque también evidencia que no se casa con nadie. Le agrada Puertas porque tiene gol y capacidad de sacrificio en las coberturas. Le interesa dar vuelo a Pozo porque sabe que es capaz de alumbrar una obra de arte con la que decantar los acontecimientos. Y necesita que Fede Vico siga conectado, pues es posiblemente el mediapunta más natural, propenso al pase y al ofrecimiento. Vadillo es la pieza inamovible, aunque con frecuencia lo cambie, muchas veces por mero cansancio, para preservarlo. De hecho, alguna molestia debe de arrastrar porque en Alcorcón lucía unas tiras negras en su piernas, las llamadas kinesiológicas, que colocan los fisioterapeutas ante molestias musculares.

Desde principios de campaña está comprobado que el equilibrio en el empleo de estos futbolistas, que se mantengan con la moral alta, es clave para mantener alta la producción en ataque. Un fundamento para que este Granada se aloje arriba. A veces con un fútbol más vertical y otras más elaborado, con matices. Esto se define con el planteamiento, pero también con los intérpretes. Hay cuatro para tres puestos. Pozo, Puertas, Vadillo y Fede Vico llevan ingredientes que enriquecen el caldo final.

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