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José Antonio González despeja de cabeza en el partido ante el Numancia Pepe Marín
Apoyo demasiado inexperto del filial
Granada CF

Apoyo demasiado inexperto del filial

La actuación de José Antonio frente al Numancia vuelve a evidenciar que los jugadores que este año se han incorporado del 'B' están muy verdes

Camilo Álvarez

Granada

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Martes, 13 de noviembre 2018, 01:43

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Avanzaba el minuto 76 de partido cuando Diego Martínez buscó entre sus argumentos en el banquillo alguno que le sirviera para dar descanso a un agotado Nico Aguirre. El elegido fue José Antonio González, el recambio más lógico teniendo en cuenta el perfil que necesitaba para el centro del campo. Hasta ese momento Aguirre, que tenía la complicada misión de tapar la baja de un insustituible como Ángel Montoro, había estado participativo en la creación en la primera parte y guerrero en la segunda. Aportando un plus con sus habituales llegadas al área desde la segunda línea. Le faltó resuello para llegar al final del partido, la falta de minutos, así que, cuando era evidente que había dado todo lo que podía, le tocó descansar.

José Antonio González es el único futbolista de la plantilla con unas características algo parecidas a las de Montoro. Al menos en la capacidad para generar fútbol como jugador de eminente corte creador. Pero le faltan muchas otras capacidades que le han hecho participar escasamente hasta la fecha en los partidos del Granada. El del Numancia era su tercer encuentro de la temporada en Liga. Tuvo minutos en las segundas partes de los empates ante el Elche y el Lugo de las dos primeras jornadas. En Copa del Rey ante el conjunto ilicitano fue titular. Fueron sus tres actuaciones precedentes. Y en todas ellas dejó muestra de que necesita mejorar, por encima de todo, en confianza y concentración. Porque fútbol tiene. Lo demostró la temporada pasada en el filial rojiblanco y en los entrenamientos con el primer equipo.

Sin embargo, cuando la exigencia de la competición profesional le pone a prueba, se ve ciertamente superado. Se le ve un chico tímido que, como le ha ocurrido a lo largo de su carrera a un compañero de vestuario como Antonio Puertas, necesita cariño y un estado de confianza importante para dejar brotar lo que atesora en sus entrañas. El pasado domingo su equipo andaba bastante atascado en busca de la llave para abrir la defensa del Numancia. Sus compañeros habían acumulado 77 minutos sin dar con la fórmula correcta. Para entonces ya contaban con un efectivo más sobre el terreno de juego, así que era cuestión de insistir. Pero claro, Diego Martínez necesitaba alguien que aportara criterio para que el plan de ataque no se limitara a embestidas sin una hoja de ruta marcada.

Recurrió al joven mediocentro de Puente Genil, a punto de cumplir 23 años. Desde el principio se le vio algo tímido, nervioso. Dos balones mal entregados que acabaron fuera del campo confirmaron su exceso de presión ante tanta responsabilidad. Poco a poco se fue metiendo en la dinámica del encuentro y acabó peleando como el resto en cada balón dividido, pero no ofreció esa sensatez en el juego que su equipo demandaba.

El de José Antonio González no es el único caso. El Granada tiene un problema en cuanto al número de jugadores en la plantilla. A ello está sumando la poca aportación de los jóvenes llegados de su segundo equipo, que por el momento están teniendo una participación residual y con muy pocos puntos positivos que sumar en los minutos disfrutados hasta la fecha. Adri Castellano, ahora lesionado, todavía no ha debutado en Liga. En la Copa fue titular pero salió desde el principio atropellado y ni siquiera acabó la primera parte porque fue expulsado. En su caso tendrá complicado, pues en su puesto Álex Martínez lo juega todo desde hace año y medio.

Tampoco Pablo Vázquez ha jugado por el momento en Liga. En la Copa el central estuvo a buen nivel. Juancho sí ha sumado más minutos y de hecho es el canterano que más ha contado para Diego Martínez, precisamente el único que mantiene ficha con el Recreativo Granada. Acumula tres participaciones en el primer equipo, con el que no juega desde la quinta jornada. También se le ha visto ciertamente precipitado, tanto cuando ha jugado como delantero como desplazado a una de las bandas.  

Gestionar la ventaja

Más allá de la aportación individual de algunos futbolistas, el Granada perdió la posibilidad de vencer al Numancia por su precipitación cuando pudo contar con un jugador más. Tenía por delante veinte minutos de superioridad pero le pudieron las prisas. Le faltó la precisión y la claridad de ideas que le ha acompañado esta temporada. Era la segunda jornada consecutiva en la que se veía con un futbolista más. En Zaragoza, una semana antes, cuando Benito vio la segunda amarilla el Granada ya ganaba 0-2. Esa circunstancia no hizo sino refrendar la superioridad del Granada, con algún agobio mínimo en los primeros minutos de la segunda parte. Esta vez, frente a la obligación de buscar el gol, se precipitó en sus decisiones y acabó empatando y frustrado.

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