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El pulso de Fran Rico contra su rodilla
Granada CF

El pulso de Fran Rico contra su rodilla

El gallego, tras regresar del Eibar, pelea por recuperarse de su última lesión, sin pronóstico, con el reto de volver a jugar

Rafael Lamelas

GRANADA

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Martes, 17 de julio 2018, 02:07

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La capacidad de resistencia de Fran Rico se enfrenta a una nueva prueba. El centrocampista regresó la semana pasada junto al resto de futbolistas que militan en el Granada tras concluir su cesión de dos temporada en el Eibar, pero es el único que no ha podido entrenar con los demás. Ha vuelto lesionado; sufre un malestar que no remite en su rodilla derecha. Le han operado seis veces en esta articulación por distintas dolencias durante su carrera deportiva. Lleva en el dique seco desde el 18 de febrero de 2017, hace 19 meses; se ha sometido a tres intervenciones desde entonces.

Rico no aparece aún en los partes oficiales del club rojiblanco, los que exponen los detalles de los entrenos y los futbolistas de baja. Quizás porque su situación no es fácil de explicar. Rico acude a diario a la ciudad deportiva, trabajando en los espacios interiores, entre las camillas de los fisioterapeutas y las máquinas del gimnasio, fortaleciendo su rodilla para intentar competir. Es su enésimo reto; ya lo logró, contra pronóstico, cuando le pasó algo similar al comienzo de su etapa rojiblanca. Ahora tiene un nuevo desafío. Más mayor, con 30 años, camino de los 31 en agosto. Padre de un pequeño de un año llamado Mikel, como su amigo y excompañero en Granada, hoy en el Athletic.

Desde la cúpula del club le han mostrado el máximo respeto. Los actuales gestores poco tienen que ver con los que despacharon su 'exilio', con la presidencia recién estrenada de John Jiang, que no entró en esas cuestiones. Los dirigentes actuales asumen la situación, que es gravosa en lo económico, pues Rico conserva su salario de Primera –en la horquilla de los 700.000 euros– al no incluir su contrato bajada alguna en caso de estar en Segunda. El Granada está obligado a abonarle sus emolumentos durante su convalecencia desde el 1 de junio. Cuentan para el tope salarial.

Rico no se plantea abandonar el fútbol y espera agotar sus posibilidades de jugar. La entidad tampoco prevé rescindir los dos años de vinculación que le restan, pues se vería obligado al pago íntegro de lo que le queda, salvo que Rico se avenga a negociar a la baja en caso de que un tribunal médico dictaminara la invalidez. Es un escenario, el de la retirada, en el que nadie quiere pensar.

Le restan dos años de contrato y el club se ve obligado a asumir su elevado salario

El nuevo jefe de los servicios médicos, Dioni González, es un viejo conocido suyo, pues ya era uno de los 'fisios' durante su ciclo como rojiblanco. Con él y el resto del departamento está tratando de probar distintas fórmulas para mejorar. A día de hoy no se puede pronosticar una fecha para la recuperación del jugador.

El carácter templado y optimista de Rico se atisba desde que era joven. Antes de fichar por el Granada, cuando militaba en el Real Madrid Castilla, en 2008, sufrió una rotura del ligamento cruzado y el menisco de su rodilla derecha. Se incorporó a la escuadra nazarí en 2011, con una primera campaña sin incidencias hasta que acusó dolor en abril de 2012. Se sometió a una artroscopia que, en teoría, tenía que dejarle bien, pero la recuperación se complicó al formarse una úlcera. Cuando todo parecía ir mejor, volvió a sentirse incómodo. Tuvo que pasar de nuevo por el quirófano. Muchos llegaron a pensar que sus piernas ya no responderían a la intensidad del fútbol, pero en verano de 2013 se sumó a la plantilla tras 473 días de baja. Alcanzó buen tono físico y fluidez en el juego. Tres años prácticamente inmaculados que culminaron abruptamente cuando Javier Torralbo 'Piru' y Paco Jémez prefirieron prescindir de él. Se fue al Eibar y se abrió hueco, hasta que recayó en el Sánchez Pizjuán en febrero del 17. Ya arrastraba molestias, así que se operó de una osteocondritis. Llegó la pretemporada, pero la cosa no marchaba bien. Al final se resignó al quirófano. Fue en septiembre, por una condropatía.

Pasaron seis meses, el plazo de recuperación, pero su ilusión se diluyó de nuevo. Tuvieron que limarle unos osteofitos el pasado enero, lo último hasta hoy en la pugna por volver a sentirse futbolista en plenitud 513 días después.

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