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1983/84. El jugador del Granada Macanás se lamenta por una ocasión de gol perdida González Molero
Los peligros de equivocarse demasiado
Granada CF

Los peligros de equivocarse demasiado

El Granada tardó 35 años en regresar a la élite tras su anterior descenso y hasta llegó a bajar en tres ocasiones a Segunda B

Julio Piñero

Granada

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Lunes, 16 de julio 2018, 00:55

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Son tiempos diferentes y las gestiones en los clubes han cambiado mucho, pero el Granada no debe perder de vista lo que le ocurrió en el pasado para no equivocarse en el camino que trace para intentar regresar cuanto antes a la máxima categoría. Cuando descendió la vez anterior, al término de la temporada 1975/76, tardó hasta tres décadas y media en volver a la élite. Después de bajar permaneció durante cinco años en Segunda y en 1981 cayó a Segunda B. Volvió a subir dos años después, bajó de nuevo, vino otro ascenso, pero tras caer en 1988 otra vez a la categoría de bronce, se tiró veintidós años fuera del fútbol profesional. Evitar algo parecido debe ser el objetivo ahora.

Para los aficionados esta última temporada ha resultado una gran decepción. Con el tope salarial más alto tras el filial barcelonista, el equipo rojiblanco ni siquiera fue capaz de clasificarse para la fase de ascenso. Acabó en el décimo puesto, el mismo que firmó en el ejercicio 1976/77, justo después del anterior descenso. En ese curso tampoco le fue bien y hasta se dio un cambio en la cúpula. Los malos resultados y las protestas de la grada desencadenaron la dimisión de Candi tras nueve años de presidente. Fue Salvador Muñoz el que se puso al frente de un club ya endeudado.

Antes de irse de Primera, el Granada había pasado por su mejor etapa. Ocho años seguidos en la máxima categoría y dos sextos puestos en las temporadas 1971/72 y 1973/74, que le dejaron a las puertas de disputar competición europea. Daba la impresión de ser un proyecto estabilizado, pero vino poco después el descenso y hubo que esperar 35 años para retornar a la élite. En medio de esa travesía llegaron más de dos décadas en Segunda B y hasta cuatro años en Tercera. Una ausencia demasiado larga del fútbol profesional.

Tras bajar de Primera hace más de cuarenta años, también se construyó un equipo ambicioso. Permanecieron en la plantilla un buen número de jugadores en la primera campaña en Segunda. Como entrenador fue contratado el uruguayo Héctor Núñez. Pero el rendimiento no fue el esperado y después lo sustituyó el brasileño Vavá. La trayectoria no cambió demasiado y al final el equipo acabó en mitad de la tabla.

En aquella época no había tope salarial ni control presupuestario. Cada club tenía libertad para gastar el dinero que considerase conveniente, a riesgo de endeudarse, como en realidad le ocurrió al Granada. En la temporada 1977/78, la segunda tras el descenso, se realizaron fichajes costosos. Casi se alcanzaron los 30 millones de pesetas en abonar traspasos para tratar de montar un mejor equipo para buscar el regreso a Primera.

El déficit ya llegaba a los 60 millones de pesetas, el equivalente a más de 360.000 euros. En esa campaña sobraban jugadores y se cedieron muchos de ellos al Motril. Los carnés de socios aumentaron de precio. Vavá continuó como entrenador y se mantuvo hasta marzo. Los resultados empezaron a fallar y el cambio en el banquillo no mejoró el rendimiento. Un noveno puesto al terminar el curso.

Llegó la temporada 1978/79, la tercera tras la caída a la categoría de plata. El déficit ya estaba en los 134 millones de pesetas y eran 4.000 los socios. No se empezó bien tampoco ese año. Salvador Muñoz dimitió y asumió el cargo Manolo Anel. La situación económica llevó a montar una plantilla más modesta que las anteriores. Ben Barek fue el elegido para hacerse cargo del banquillo. El equipo dio la impresión de que podía subir. Estaba como líder a falta de cinco jornadas, pero llegaron después tres derrotas y dos empates, y todo se fue al traste. Al final acabó en la sexta posición.

Se puso de nuevo manos a la tarea en el ejercicio 1979/80 para buscar el ascenso tras la decepción vivida. Subieron los carnés y el presupuesto fue más austero que el año anterior. Pese a todo, la deuda ya alcanzaba los 180 millones de pesetas. Siguió Ben Barek como entrenador, que llegó a alinear a ocho granadinos en un partido. Hubo muchos apuros para salvar la categoría. El equipo terminó en el puesto decimotercero.

Primer descenso

Fue al término de la temporada 1980/81 cuando se perdió el contacto con el fútbol profesional. Cinco años después de haber descendido a Segunda. Se redujo el número de socios hasta los 3.500 y el déficit ya ascendió a los 252 millones de pesetas. Los fichajes fueron escasos y modestos. Fue contratado Joseíto como secretario técnico, que decidió fichar como entrenador a Paco Gento. En enero presentó su dimisión y del banquillo se hicieron cargo Manolo Ibáñez y Joseíto como tándem. La decimoséptima posición al final del curso llevó al descenso a Segunda B. Hubo que esperar después dos años para regresar a Segunda.

Candi emergió como presidente de nuevo en 1981 y realizó 22 fichajes. Como entrenador contrató a Antonio Ruiz tras despedir a Lalo y el equipo siguió en Segunda B. En el ejercicio 1982/83 hubo hasta catorce incorporaciones. Llega el ascenso con Manolo Ruiz Sosa de técnico. Otra vez en Segunda y se dan muchos cambios en la plantilla. El equipo acaba en el noveno puesto. En la temporada 1984/85 se dan otra vez muchos fichajes y hay descenso de nuevo. Llega después Joaquín Peiró como entrenador y el Granada asciende de nuevo en 1987, pero solo dura esta vez un año en Segunda.

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