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La pausa

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Ramón L. Pérez
Granada CF | La resaca

La pausa

La entrega es muy importante en el fútbol pero también hay que saber cuándo pararse para acechar

Rafael Lamelas

GRANADA

Martes, 22 de agosto 2017, 01:49

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1. La pausa es un don no siempre bien valorado por el aficionado, que elogia sobre todo el frenesí desde la grada, interpretado como el esfuerzo máximo sobre el campo, el comportamiento que todo hincha tendría, como mínimo, si se enfundara la camiseta en el césped. Pero a veces hay que frenar, hasta incluso pararse. Es la única manera de pensar bien, ponerse al acecho con inteligencia, llegar al momento culminante con la adrenalina intacta, para no descarrilar.

2. Hemos pasado de un Granada pusilánime, el de los últimos meses de Primera, a un precoz modelo donde hay tanta ansia por agradar que el derroche de gasolina confunde. El vivo ejemplo es Joselu, camino de convertirse en un ídolo del respetable por su entrega absoluta, que en realidad ha de moderar si quiere triunfar. Seguro que ya lo está rumiando. No es ningún novato pero es evidente que pesa un proyecto que se quiere programar para ascender.

3. Suele ocurrir en los estrenos que aparecen los nervios inesperados y desajustes no verificados en las prácticas, pues ya no es un torneo veraniego donde cada cual busca maximizar sus virtudes y ponerse en forma, sino que el rival puede decantarse por amurallar su entorno, anestesiar los acontecimientos y aguardar al nerviosismo ajeno para responder sin mediar palabra. En este contexto, aplicado por el Albacete, ha de cundir la paciencia propia, aspecto del que careció el Granada por completo. Primero, porque pareció entumecido, con todos demasiado pendientes de eludir las pifias, salvo unos enérgicos Baena y Joselu antes del entreacto. Después, porque tendió al arrebato, precipitándose a menudo, con soluciones aturulladas en la zona de definición. El mal sabor de boca en el entorno se disipó por este arrojo, pero tampoco dejó alimento que masticar.

4. Los grandes felinos duermen mucho y esperan su momento para cazar con absoluta frialdad. Esto, que a veces desespera, es fundamental para el buen ejecutor. El despliegue de Joselu resultó admirable pero excesivo. Presiona, se ofrece, acude a cada desmarque, baja hasta recuperar balones en campo propio. Obviamente necesita tener fases de descanso y compartir responsabilidades ofensivas, que tuvo que acaparar ante la obstinación de Machís en su propio surco y la falta de profundidad de Espinosa y Pedro, que se agarraron a sus disparos, sobre todo el segundo. Si el triángulo central no adquiere brío, peligro.

5. La ejecución del segundo tiempo sí se aventura como una vereda por la que explorar. Centrales más decididos, sin preocupación de pisar suelo contrario con la pelota. Centrocampistas con mayor movilidad y protagonismo, si bien acaba todo muy concentrado en Montoro, quien maneja mejor pie que ninguno, pero quien también necesita algún compañero de fatigas porque su trazo no siempre es regular.

6. Las bandas no se explotaron adecuadamente, muy pacato Álex Martínez, mejor Víctor Díaz, aunque sin grandes alardes. Se transformaron los fundamentos en la segunda mitad por el empuje de Kunde y la destreza de Puertas. Buenos revulsivos, pero habrá que ver su comportamiento en caso de titularidad, cuando el campo no esté inclinado hacia el cuadrante del adversario. Al menos, soluciones mientras acaba de cerrarse la plantilla.

7. Ahogado Joselu al no haber un ariete de recambio, asomaron las carencias de la plantilla en la vanguardia, línea en la que los puestos no están doblados, condicionados por el asunto Ramos, con el daño colateral para Sergio Peña, quizás el mediapunta más en forma, quien tiene el acceso cerrado mientras no se resuelva o bien la salida del colombiano o bien la doble nacionalidad de Machís.

8. El caso del venezolano entronca más de lo que parece con Joselu, aunque el onubense fuera muy aplaudido y el 'vinotinto', pitado. Ambos son honrados, entran en combustión y se mueren por triunfar de nazaríes. Pero tanto deseo se malinterpretó. Pareció cegar a Machís, que desandó el camino por el que había evolucionado desde su llegada a España y se asilvestró, sin observar combinaciones sencillas que habrían hecho mella al Albacete. Uno por obtuso y Joselu por puro agotamiento.

9. Todo tiene solución, sobre todo al estar el mercado abierto, aunque hay claves que simplemente han de perfeccionarse en el día a día, mejorando la sincronía, sacando el mejor jugo, con confianza en que se puede ser un bloque reconocible, que sepa dominar y también sufrir. Pero no hay que perder de vista lo que pueda llegar, lo que tiene que salir y despejar la interrogación de Adrián Ramos, en un tira y afloja donde el único perjudicado actual es el propio equipo.

10. Ningún equipo recién descendido ha ganado en esta primera jornada. Algo parecido ocurrió el año pasado, cuando sólo se estrenó con éxito el Levante, a la postre campeón. Tampoco se entonaron en aquella jornada inaugural el Cádiz o el Tenerife, que al final disputaron fase de ascenso. Esto es habitual en la 'división de plata'. Franca igualdad, resultados cortos, muchas sorpresas, fútbol de bandazos, que potencia tanto al que más acierta como al que menos se equivoca. Los seguidores han de hacer su particular inmersión. Los futbolistas, asumir el desafío vigente con naturalidad. Con ritmo para no quedarse colgados pero sin aceleraciones que les manden precipitadamente a la cuneta. Correr mucho, pero cuando toque.

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