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Lesionado llegó y lesionado siguió

Panagiotis Kone, en un entrenamiento.
Panagiotis Kone, en un entrenamiento. / IDEAL
  • La experiencia de Panagoitis Kone en el Granada ha sido más digna de ser estudiada en Cuarto Milenio que en sesudos tratados futbolísticos. El Udinese lo cedió tras una primera vuelta lastrado por las lesiones y en el equipo rojiblanco solo jugó un par de partidos

La cesión de Kone al Granada por parte de Udinese ha sido uno de los fracasos más sonados de la directiva actual en materia deportiva. Si desde la secretaría técnica del club se 'devolvió' a Gabriel Silva al equipo italiano en el mercado invernal para traer, entre otros, a este experimentado mediocampista el paso de los meses ha demostrado que esta decisión no pudo ser más errónea. El futbolista nacido en Tirana (Albania) pero nacionalizado griego llegó al club rojiblanco en enero con un amplio currículum a sus espaldas que incluía tres años en uno de los equipos más importantes de Grecia (el AEK de Atenas), una notable actuación en el club con el que debutó en Italia (el Brescia) y una participación en un mundial: el de Brasil 2014 con la camiseta de Grecia.

Ahora bien, su carrera deportiva también incluía una letra pequeña que en Granada se ha agigantado. Era un futbolista muy proclive a las lesiones y por este motivo no había tenido fortuna en sus últimas experiencias en Italia: ni en la Fiorentina (donde fue prestado por Udinese Calcio la temporada anterior) ni en el equipo gestionado por la familia Pozzo, donde el técnico Giuseppe Iachini apenas contó con él en la primera vuelta del último campeonato italiano.

El 24 de enero fue presentado en la Ciudad Deportiva y un detalle llamó poderosamente la atención a los medios de comunicación allí presentes: el jugador anunciaba su deseo de ayudar al Granada a conseguir la permanencia minutos después de no participar en el entrenamiento del equipo por unas molestias leves en el gemelo. Según explicó el futbolista en la rueda de prensa posterior a su presentación esas molestias no eran importantes y si había trabajado al margen del grupo era porque «por precaución hemos decidido con la aprobación el 'staff' técnico el ir integrándome poco a poco para que cuando entre esté al cien por cien». En otras palabras, no llegaba apto para jugar y no era por la luxación en un hombro que le había mantenido apartado de Udinese durante los dos primeros meses de la competición.

Kone se definió a sí mismo como un medio cuya principal característica era «el dinamismo, el tener gol y el aportar una personalidad importante en el campo. En el Granada hay muchos jugadores buenos y voy a ayudarlos a conseguir mejores resultados. He visto los últimos dos partidos -dijo-. El equipo está habituado a perder, muy afectado por esa dinámica negativa y por eso lo más importante es cambiar esa dinámica y empezar a conseguir buenos resultados». Su desparpajo en la sala de prensa, donde afirmó que se sentía especialmente cómodo de mediapunta y que los mejores futbolistas siempre acaban jugando, contrastó con su lenta evolución en las semanas posteriores, en las que le costó integrarse en el grupo y tardó casi un mes en debutar con la camiseta rojiblanca. Kone jugó los últimos once minutos del partido ante el Real Betis, saltando al terreno de juego con un 4-1 a favor que le permitió jugar sin presión alguna.

Después de este partido no estuvo en la lista de convocados ante el Athletic, sí lo estuvo (pero no jugó) ante el Alavés y gozó de su segunda oportunidad de demostrar su valía en la última media hora del Leganés-Granada (jornada 26). Kone demostró que su bajo estado de forma era preocupante y no ayudó a solucionar los problemas en la medular de un equipo que se jugaba media vida en aquel encuentro. A pesar de su poca participación terminó el choque con una sobrecarga en su pierna derecha. Mejoró de la lesión y recayó. Y lesionado estuvo hasta que en la jornada 34 Adams lo incluyó en la convocatoria del Granada-Málaga, un partido que no jugó, al igual que los cuatro siguientes. 'Pana', como lo llamaban sus ya excompañeros, demostró talento y buen disparo en algunos entrenamientos pero poca resistencia para afrontar el esfuerzo que supone jugar cualquier partido oficial de Primera división.

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