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Junta de Paco Sanz.
Unos genuinos compases de espera
GRANADA CF

Unos genuinos compases de espera

El ralentí de los proyectos del Granada en el periodo preveraniego parece marca de la casa

Rafael Lamelas

Sábado, 27 de mayo 2017, 23:53

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Este compás de espera en el que se sume el Granada seguro que desconcierta a sus aficionados, aunque es bastante fiel a lo que ha ocurrido en su trayectoria. Es un ralentí que ha afectado a los diferentes proyectos rojiblancos, incluso en los momentos de sosiego, sobre todo en el periodo previo al verano, cuando la competición se para y se disparan las conjeturas.

Durante los años más oscuros, los debates en esta época giraban en torno a la viabilidad del club, acusado en los tiempos de 'guerra civil', cuando brotaron posibles alternativas deportivas, como el Granada Atlético o el '74'. Fechas de asambleas de socios y de reconocimientos de deuda. La cosa giró tras la llegada de Pozzo y Pina, aunque naciendo conflictos. Primero, por la relación con el Ayuntamiento. Después, con amagos de cansancio en el presidente, hasta aparecer los desencuentros con el italiano.

Antes de la SAD

Asambleas, uso de Los Cármenes y deudas

El cuatrienio en Tercera división (2002-2006) y el que llegó después en Segunda B (2006-2010) incorporó siempre 'pretemporadas' institucionales muy movidas. Cambios en la presidencia, directivas sucedidas por gestoras, agujeros económicos y conflictos en la ciudad por el nacimiento o la emergencia de equipos que, a la postre, buscaban una hegemonía por si el 'histórico' caía en la bancarrota.

Las asambleas eran el núcleo donde los más fieles atendían a los que mandaban, aunque al final se solía aceptar lo que hubiera en mayoría. A la etapa de Paco Sanz -hijo del que fuera presidente del Madrid, Lorenzo, que impulsó su aventura- le sucedió un grupo de urgencia comandado por Ignacio Cuerva, ante la desesperada situación económica. El granadino se puso a buscar posibles inversores para recuperar oxígeno.

Transición (2009)

De la gestora de Cuerva a la llegada del inversor

Entre mayo y junio de 2009, se vivieron horas críticas. La gestora de Cuerva había llegado a un acuerdo de pago con la plantilla. Sin embargo, la situación no terminaba de solucionarse, ni siquiera por la iniciativa 'Yo también me sumo': un carné especial para que el aficionado ayudara con dinero. Todo cambió cuando se entró en contacto con Quique Pina, que había estado en el '74' de Segunda división en su aciaga etapa. El directivo Pedro González Segura le convenció de que este era un buen destino. El murciano atrajo a su vez a Gino Pozzo y empezó un camino fructífero. La asamblea dio su beneplácito.

Ascensos (2010 y 2011)

La 'guadaña' de la deuda y la relación con el exalcalde

No sin sufrimiento, el Granada consiguió dos ascensos consecutivos, pero en paralelo, inició el concurso de acreedores, con el fin de sufragar la deuda arrastrada, que llegó a estimarse en 12 millones. Futbolistas, proveedores, Hacienda o Seguridad Social estaban a la espera de cobrar y saltaron las chispas hasta que encontraron un camino para ir cumpliendo, con sus respectivas quitas. Algo a lo que ayudó entrar pronto en el fútbol profesional, por el aumento de ingresos. Pina llegó a amenazar con echar a la afición a la calle si el erario no era más sensible con la causa.

En paralelo, la relación con el entonces alcalde, José Torres Hurtado, resultó tensa. Le exigía más ayudas de las que recibía. El foco alcanzó su cénit en el balcón del consistorio cuando se celebró el ascenso a Primera división. Uno fue abucheado y el otro, aclamado. Sin embargo, se abriría un nuevo frente que dejaría perplejidad entre la hinchada. Semanas después de aquella fiesta, se presentaba en Cádiz, ungido como gestor deportivo. Esto deparó que varios jugadores con la etiqueta Granada CF recalaran allí y provocó los celos entre parte de los seguidores. Los altos precios de la campaña de abonos en la élite contribuyeron al debate.

Primera permanencia (2012)

El Cádiz y el «cansancio» de Pina que quedó en nada

Aquella primera campaña con los mejores trajo muchísimo desgaste y la bomba llegó cuando Quique Pina, en una comparecencia casi a final de campaña por otros motivos, anunció su «cansancio» y aparente intención de dejar el cargo. Se le había juntado todo. Una permanencia sufrida, consolidada en el último partido, y nuevos choques con la corporación municipal. Todas las operaciones en el club se bloquearon durante casi un mes, aunque Pozzo se mantenía firme en su apuesta, recalcando que el club «no estaba en venta».

El Cádiz, al que asesoraba Pina, se quedó sin ascenso a Segunda por el camino. De ahí surgiría un distanciamiento momentáneo con la 'Tacita de Plata'. Finalmente Pina rectificó, anunció su continuidad como rojiblanco, se sintió reforzado por el entorno y pregonó el diálogo con el Ayuntamiento. Para lo deportivo, tras no renovar a Abel Resino -quien había sucedido a Fabri-, se decantó por Juan Antonio 'Anquela'. El curso volvió a ser complejo y lo concluyó Lucas Alcaraz. Con él llegó la segunda salvación. Una de las más tranquilas.

El verano más tranquilo (2013)

Sólo la marcha de dos símbolos y el 'tema' Hércules

El de 2013 fue el único verano en el que se respiró sensación de continuidad, al renovar Alcaraz y mantenerse parte del bloque previo, si bien lo abandonaron dos símbolos como Siqueira y Mikel Rico.

La curiosidad estuvo en que a Pina se le relacionó con el asesoramiento a otro club, en este caso el Hércules, en Segunda división. La historia se fue difuminando y los alicantinos al final descendieron.

La llegada de Caparrós (2014)

Un 'mediático' en la antesala del peor curso de esa era

Alcaraz consiguió otra permanencia, la tercera del equipo, pero el desgaste fue tremendo. Pina, antes de aquella final en Valladolid, ratificó que seguiría en el cargo, para disipar dudas. No así el granadino. Aterrizaría un técnico 'mediático' y «cuatro jugadores que serán la mayor inversión del club hasta entonces», declaró en una entrevista en la tele oficial. Ninguno de ellos vino.

Pina tentó a Laudrup pero este declinó el ofrecimiento. Al final convenció a Caparrós, que tenía hecha su renovación con el Levante. Todo empezó bien, hasta que entraron en una terrible espiral, que ni la vuelta de Resino solucionó. Luego llegaría el 'milagro' de Sandoval.

Conjeturas de venta (2015)

La gran reflexión que dejó la relación tocada en la cúpula

Aunque el de Humanes quedó listo para renovar, se abrió una profunda brecha entre Pina y Pozzo, que de nuevo paralizó la maquinaria. El murciano quería más respaldo al proyecto, la salida de González Segura y el fin de los rumores de venta, cada vez más intensos. Hasta el 26 de junio no compareció en público y todo se encendió de nuevo. Negó cualquier enfado con el máximo accionista, pero algo se quedó ya tocado. A mitad de la campaña siguiente, -la de la quinta salvación, con José González-, aparecería la sombra de John Jiang y Pere Guardiola y el contexto que acarreó este último curso y el paréntesis actual.

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