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Una ciudad en obras y un dolor en el Metropolitano
DESCENSOS DEL GRANADA

Una ciudad en obras y un dolor en el Metropolitano

El primer descenso del Granada se produjo en Madrid y a los trece días de que se inaugurara el estadio de La Juventud

Sergio Yepes

Martes, 30 de mayo 2017, 05:56

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En junio de 1945 tuvieron lugar dos hechos deportivos de gran calibre en esta capital que estaba siendo adecentada con todo tipo de obras por el alcalde Antonio Gallego Burín. El primero se concretó el día 4, cuando, aprovechando la visita del ministro de Agricultura, Miguel Primo de Rivera, se procedió a la inauguración de las instalaciones del estadio de La Juventud, que aún así no estaban concluido. Y el segundo, mucho menos festivo, tuvo lugar el 17, momento en el que se desencadenó el primero de los descensos experimentados por el Granada a lo largo de su octogenaria historia. Una derrota por 4-1 en el estadio Metropolitano de Madrid ante el Celta de Vigo con motivo del choque único en que se concretó la promoción de salvación sirvió para saldar con fracaso la que fue su cuarta temporada en Primera, aquella 1944/45 que concluyó en la duodécima posición entre un total de catorce equipos tras sólo haber sumado 19 puntos en los veintiséis partidos disputados (con 7 victorias y 5 empates). Sin duda, un fatal desenlace que terminaría por desencadenar el 3 de agosto la dimisión del presidente Juan Diego Pérez, en el cargo desde el 28 junio de 1944.

El caso es que el Granada no esperaba tal desastre cuando comenzó a preparar el curso en el que el FC Barcelona se proclamaría campeón. En base a la octava plaza lograda en el ejercicio 1943/44 -su tercer mejor registro histórico- el cuadro nazarí apostó por la continuidad del técnico húngaro Esteban Platko y de gran parte de plantilla, registrándose sólo cinco fichajes de entre los que destacaría el punta pacense cedido por el Sevilla Juan Acedo, que sumó entre todas las competiciones 14 goles y así sería el segundo de los estiletes del equipo tras el barcelonés Juan Nicola (22). Además, que la cuarta jornada se saldara con una abultada victoria ante el Oviedo por 5-1 motivó que el Granada espantase los malos augurios y se elevase hasta la séptima posición con cuatro puntos.

Venganza de los Platko

Sin embargo, todo empezó a ir a peor a partir de ese momento. En los seis compromisos siguientes lo más que se llegó a conseguir fue un empate en casa contra el Real Murcia (1-1). Tan dañino fue el último de los tropiezos, ante el Espanyol por 7-2, que el Granada concluiría la décima jornada en la plaza de colista con solo cinco unidades. Eso fue ya la antesala de la despedida de Platko, justificada con otras dos derrotas -contra el Valencia (4-0) y el Athletic (2-3)- que harían que los nazaríes siguieran siendo últimos con siete puntos al término de la primera vuelta.

Pero bajaban sólo dos equipos y aún quedaban por delante otros trece partidos, por lo que no cundió el desánimo en la directiva que premiaba a cada jugador con 300 y 250 pesetas el triunfo y la igualada a domicilio. Además, el hecho de que Vidal debutase con una victoria por 3-1 el 7 de enero de 1945 ante el Sevilla, hasta entonces octavo, motivó la salida del pozo. Eso sí, que los siguientes seis envites se saldaran con una única victoria, dos empates y tres derrotas hizo saltar de nuevo las alarmas porque así el Granada cumplió la vigésima jornada de competición en el farolillo rojo -con 13 puntos, a 3 de la salvación-. Cinco días después, el doctor Antonio Vallejo-Nágera publicaría el primer tratado español de psiquiatría y a buen seguro que lo agradecerían los 1.500 socios con los que arrancó el club.

Porque si bien es verdad que el Granada eludió el descenso directo tras la victoria ante el Valencia (2-1) con la que se prolongó el 13 de mayo un previo ciclo de cinco partidos saldados con otro triunfo y dos igualadas, lo cierto es que de la promoción no tuvo manera de escapar por lo acaecido en la última jornada. El 20 de mayo perdió por 4-1 ante el Athletic de Bilbao -que acabaría sexto- y la pena es que con sólo haber empatado podría haber adelantado a su predecesor Real Murcia, que también pinchó y así sumó otras 19 unidades, aunque teniendo ganado el golaveraje particular.

Total, que la primera muestra de que el cuadro pimentonero sería nefasto para los intereses rojiblancos dio paso a lo que fue la venganza de los Platko. Y es que contando en el banquillo con Carlos -hermano del destituido entrenador rojiblanco- el Celta no dio opción al Granada en el 'play off' que disputó en condición de ser tercer clasificado en Segunda. Fuentes marcó en el minuto 37. Y Pahiño, a posteriori rojiblanco, también en el 47 y el 74, para así comenzar a gestar la debacle que no evitaría el tanto de Nicola en el 76 (3-1) porque en el 85 Aretio acabaría de dictar sentencia (4-1). Con 400 pesetas de multa para los componentes del plantel, a excepción de Sierra, se zanjó el asunto.

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