GRANADA CF
El Granada adquirió una gran ventaja el día 26 de abril, cuando presentó oficialmente a Manolo Salvador como su nuevo director deportivo, un cargo que contractualmente empezó a ejercer el 1 de mayo. La premisa se daba por lo que suponía el adelanto en una decisión capital para su reconstrucción. Un golpe de efecto en contraste con los otros dos competidores que, a la postre, le han acompañado a Segunda división: el Osasuna y el Sporting de Gijón. Sin embargo, los que están llamados a ser dos de sus rivales para el regreso a la élite, al menos en lo económico, empiezan a moverse para recortar diferencias. Los navarros presentaron ayer a su director deportivo, Braulio Vázquez, procedente del Valladolid, y este va con prisa. Quiere atar cuanto antes al entrenador. La prensa de allí especula con varios nombres. Algunos de ellos coinciden con los de la lista del Granada.
Los nazaríes, en manos de Salvador, no están dormidos, pero nadie se quiere agarrar a los plazos que se autoimpuso Tony Adams cuando aún ejercía de técnico. La relación de fuerzas actuales está más que estudiada, sabiendo con lo que se cuenta a día de hoy -jugadores con contrato, de los que algunos pueden salir-, cantidades pendientes de traspasos e ingresos pasados -lo de Rochina, en este último apartado-, y varias tentativas lanzadas -las más visible, la de Joselu, del Lugo-. La decisión de romper con el convenio de Gino Pozzo marca un antes y un después que afecta decisivamente a la cantera cuando se establezca de manera concluyente. La secretaría técnica ya tiene al menos diez contrataciones para el filial.
Pero el movimiento clave para armar esta estructura está en el banquillo, para el que Salvador tiene su mirada entre José Luis Oltra y Luis García Plaza. Ninguna de las puertas se acaba de cerrar y está todo supeditado a los acontecimientos de última hora. Los requerimientos de las partes encuentran una línea común, sobre todo en cuanto a la forma que quieren dar al proyecto. Las cuestiones salariales y de tiempo de vinculación parecen estar armonizándose.
La cuestión es que faltan detalles para cristalizar. José Luis Oltra gustó mucho a Tony Adams en su encuentro personal, pero necesita encantar al presidente John Jiang también. Tanto el valenciano como Luis García han aparecido en las conjeturas relacionadas con el Osasuna, si bien la visión más clara allí, en tierras navarras, apunta a Diego Martínez, entrenador del Sevilla Atlético. Acostumbrado a trabajar con la cantera, Martínez es de sobra conocido en Granada, ya que dirigió en su día al Arenas de Armilla y al Motril, antes de llegar al conjunto hispalense, en el que estuvo al lado de Monchi y junto a Emery, tiempo después. Sin embargo, en la que fue su provincia no ha sido relacionado en ningún momento.
El otro en la órbita rojiblanca es Fernando Hierro, más como una tercera vía, pero que queda latente, por tener un legado como futbolista que resulta llamativo al propio presidente, impulsado por su asesor David Belenguer. Pero aunque sea el dueño, la sartén parece tenerla por el mango el propio director deportivo, Manolo Salvador, cuya condición indispensable cuando firmó por el club fue la de designar al entrenador. Aun entendiendo la política de la entidad, algo indeterminada en muchos capítulos, no asoma sencillo que claudique en sus principales elecciones, si estas pueden prosperar.
Su homólogo en el Osasuna llega lanzado. Braulio Vázquez ha firmado por dos temporadas. «Vengo a jugármela», declaró, anunciando que ha hecho «un enorme sacrificio a nivel económico» pero «todavía mayor en lo personal», al tiempo que serenó el ambiente con el tema del entrenador. «El plazo es acertar», abundó, aunque sí apuntó que los navarros harán unos ochos fichajes, que coinciden con las bajas que ya han sufrido, entre cedidos (Digard, Riviere, Sirigu y Oriol Riera) y finalizaciones de contrato (Mario, Vujadinovic y Loé), a lo que se une el traspaso del cordobés Sergio León al Betis, por unos 3,5 millones de euros. Un acicate para la economía del club, que podría verse engordada en caso de venta del lateral Álex Belenguer.
En Asturias, sin decantarse
El ritmo es diferente en torno al Sporting de Gijón, donde la afición mantiene los ánimos encrespados contra el consejo de administración que preside Javier Fernández. Tanto el director deportivo, Nico Rodríguez, como el entrenador, Rubi, no seguirán en el cargo -salvo sorpresa mayúscula con este último-, si bien el comunicado oficial respecto al futuro 'arquitecto' de la plantilla sigue sin producirse, tras caerse dos posibles opciones, Óscar Perarnau y precisamente Braulio Vázquez.
Nico Rodríguez sigue acudiendo a las oficinas aunque sabe que su finiquito llegará, que es menor tras el descenso a Segunda. La plantilla ya ha cogido vacaciones. Los cedidos Douglas, Elderson, Vesga, Burgui, Afif, Cop y Traoré se despidieron ya, mientras que Xavi Torres, que acaba contrato, se ve fuera pues nadie ha hablado con él sobre continuar. Entre las posibilidades de traspaso, los asturianos tienen un baluarte en central internacional sub 21 Jorge Meré, si bien la directiva no parece abocada a dejarle salir. «No hay necesidad», aduje Fernández, de momento. Su cláusula es de 15 millones.
Una de los puntos positivos del Sporting es que los futbolistas que continuaban tenían contemplado rebajas generalizadas de en torno al 50% en caso de descenso. La pega presupuestaria es que es que tiene que destinar parte de sus ingresos a sufragar deudas pendientes.
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