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Son muchos los jugadores que abandonarán el Granada en verano como fin a su préstamo. Bajo esta tesitura están el portero Guillermo Ochoa; los defensas Gastón Silva, Franck Tabanou, Héctor Hernández y Rubén Vezo; los centrocampistas Sergi Samper, Jeremie Boga, Panagiotis Kone, Andreas Pereira y Victorien Angban; y los delanteros Artem Kravets y Ezequiel Ponce. Sólo hay uno que acaba contrato, al completar su segunda temporada de estancia. Se trata de Isaac Cuenca, probablemente el mejor futbolista del equipo en el Sánchez Pizjuán, donde saltó a los 22 minutos. La cuestión es que su porvenir está en abierto.
Cuenca ha sido tentado para renovar, pero el catalán no se ha pronunciado al respecto. No fue mencionado en la breve secuencia de Adams, en la rueda de prensa posterior al encuentro en Sevilla, y tiene las suficientes ‘novias’ en Primera como para sopesar el cambio de aires, con la oportunidad de llegar libre a donde sea.
Sin ser titular indiscutible, Cuenca ha demostrado estar listo para desempeñar distintas funciones en el campo, dando muestras de esfuerzo. A lo mejor no ha estado siempre en su versión más brillante, pero jamás ha incurrido en la apatía. Se ha prestado a jugar en ambos laterales, como carrilero y de extremo, posición en la que hizo carrera en el Barcelona, antes de emigrar a distintos lugares. Haber actuado en Holanda o Turquía le faculta para no tener reparos en aprender aventuras en otros campeonatos, sin bien tendría proposiciones nacionales.
En una tesitura análoga se encuentra Rubén Pérez, enrolado en las filas del Leganés, en una de esas decisiones extrañas que tomó la anterior dirección deportiva en verano.
El astigitano se fue a regañadientes y ahora es evidente que no tendría la mejor voluntad de encajonarse en el Granada, pese al cambio en la dirección. Está haciendo un curso muy decente y seguramente buscará la fórmula para desligarse. Todo quedará pendiente de las llamadas directas que afronte el director deportivo. No sería la primera vez que alguien reacio varíe su parecer si la propuesta es lo suficientemente llamativa.
En el mismo conjunto que Rubén Pérez están Tito y Machís. El primero se ató al Granada por tres temporadas, pero en su cesión al Leganés se estableció la posibilidad de quedarse allí si disputaba una serie de partidos y sobre todo sí seguían en Primera. Si se cumplen ambos supuestos, el madrileño se quedará en su tierra. Con respecto a Machís, todo queda al albur de Pozzo.
En el caso de Fran Rico, que está en el Eibar y fue recientemente operado en su rodilla derecha, no tiene por qué retornar para la próxima campaña, pues su préstamo se estableció para dos cursos, salvo que surgiera alguna oferta de un tercero. Por tanto, el de Portonovo seguirá por tierras vascas.
El Granada se desprendió también de Ricardo Costa, Babin y Edgar. Este último tiene varias ofertas, pero los rojiblancos no sacarían nada pues no se guardaron ningún porcentaje de una futura venta, a pesar de que en su momento abonaron indemnización al Almería cuando le atrajeron. Por el único que vio compensada su fuga fue por Rochina, por el que sigue cobrando la plusvalía
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