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Cuando parecía imposible
GRANADA CF

Cuando parecía imposible

Tres veces llegó con suspense a la última jornada, amasando secuencias increíbles de victorias cuando todo era pesimismo

Rafael Lamelas

Martes, 28 de marzo 2017, 00:11

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Cuando parecía imposible, el Granada lo logró. No una, ni dos, sino varias veces más. Hasta cinco. Es el equipo de los milagros a final de Liga y aunque hay voces que quieren arrojar un manto de sospecha, lo cierto es que nadie ha sido capaz de demostrar otra cosa que la presencia de una combinación de esfuerzo, fe y suerte. Ni ambientes crispados ni combinaciones complicadas ni predicciones pesimistas. Algo pasó, antes o después, en partidos o secuencias, que llevó hacia la salvación. Pero antes de ello siempre hubo un encuentro doloroso para la afición, que invitó a bajarse del barco. Algunos llegaron con tiempo por delante. Otros incluso en las penúltimas jornadas.

El camino para sobrevivir en Primera le ha sido azaroso al Granada desde su primera comparecencia tras 35 años fuera de la élite. Una campaña que dejó heridos, como la destitución de Fabri González, el hombre de los dos ascensos. Le sucedió Abel Resino, pero no pudo celebrar nada hasta el minuto final. El toledano tuvo rachas muy buenas en aquella segunda vuelta de la temporada 2011-2012, pero unos patinazos propiciaron que llegara sin apenas margen a la recta final.

A falta de dos partidos, el colchón era de cinco puntos, pero recibía en Los Cármenes al Real Madrid. La cosa no se pudo poner mejor. Franco Jara marcó a los cuatro minutos. Pero un penalti permitió empatar a Cristiano Ronaldo y David Cortés, en el tiempo añadido, se metió en propia puerta el tanto que masacró a los rojiblancos. Antes había sido expulsado por doble amarilla Moisés Hurtado, pero el lío vendría tras el pitido final. Unas protestas desaforadas sobre el árbitro, Clos Gómez, que costaron la roja a Siqueira y que se culminaron con un hecho atroz: un botellazo al colegiado por parte de Dani Benítez. Fue obviamente sancionado y los nazaríes se tuvieron que presentar en el campo de un rival directo como el Rayo con una alineación de mínimos, lleno el banquillo de futbolistas del filial.

El Granada ya no volvió a ganar en Liga, pero aun así se quedó en la división gracias a un favor ajeno. El Atlético de Madrid derrotó en el Madrigal al Villarreal y envió a los amarillos al sótanos. Los de Resino cayeron por 1-0 en Vallecas, con un tanto en claro fuera de juego de Tamudo, que no fue lesivo a la postre.

La campaña siguiente tuvo unos derroteros algo menos dramáticos, aunque también tuvo sus costes. Anquela, el preparador que arrancó el curso, fue relevado por Lucas Alcaraz. Arrancó como un tiro, ganando al Madrid, pero más adelante tuvo una racha agreste, concentrada en dos encuentros. Sendas 'manitas'.

Fue en la jornada 30 de la 2012-2013. El Betis de Pepe Mel, camino de la Europa League, asaltó Los Cármenes con un 1-5. Pero si no tenían suficiente con el sopapo, el Atlético de Madrid le pegó otro. Un 5-0 que provocó que Quique Pina, el presidente, se llevara al equipo de concentración. Al final aquel Granada reaccionó, con un duelo grabado a fuego. El empate a dos en Anoeta, fraguado en la prolongación, con una diana de Recio que dio un golpe maestro. Incluso perdiendo en la penúltima jornada en Mestalla, la escuadra aseguró su continuidad. Le sobraron también los últimos tres puntos, que sí consiguió.

Pero la incertidumbre retornó en la 2013-2014. Y eso que el Granada acabó décimo la primera vuelta. Pero una sucesión de desdichas fueron laminando la distancia. A pesar de ganar incluso al Barcelona en ese tramo, una derrota en casa ante el Rayo Vallecano comprometió el asunto. Pero la cosa se puso peor. Un necesitado Almería acudió a suelo nazarí con el afán de ganar para aferrarse a Primera y lo consiguió.

Aquel 0-2 dejó muy tocada a la afición. El panorama era desalentador por lo que se les venía encima. Un cierre de temporada en Valladolid, con los pucelanos necesitados de ganar para eludir la precipitación a Segunda. El Granada tenía 38 puntos. Dos más que el Osasuna y los vallisoletanos. Parecía impensable, pero los nazaríes ganaron en Zorrilla. Un 0-1 que nació de una acción de estrategia que rebotó en Mitrovic, pero que sirvió para la tercera fiesta.

Alcaraz se marchó y llegó Caparrós. Una aparente ilusión que precedió al peor curso de todos, a excepción del actual, que lo empeora de momento. Al fracaso del utrerano le sucedió una segunda etapa de Resino, con atisbos de mejora, pero que terminó por recuperar la inercia negativa. En la jornada 34, en una confrontación que parecía accesible, ante un Espanyol que nada se jugaba, los 'periquitos' se impusieron por 1-2. Fue una catástrofe. El equipo se ancló penúltimo, con 25 puntos, a cuatro de la zona limpia. Ni el más osado podía aventurar que ese año se revalidaría la estancia con los mejores. Aunque sí hubo como poco uno que lo soñó. Fue de nuevo Pina, que hizo un tercer cambio de entrenador, para apostar por José Ramón Sandoval.

A cuatro fechas para la expiración, el Granada tenía un calendario de aúpa. La primera estación era Getafe, otro conjunto en la pomada por salir ilesos. Los rojiblancos se levantaron con un 1-2. Después recibieron al Córdoba, ya descendido. El 2-0 sacó al equipo de los tres últimos puestos, por el diferencial particular con el Eibar. Pero el golpe en la mesa lo dio en Anoeta. Si en aquel 2013 firmó tablas, esta vez se explayó con un 0-3, que deparó una situación jugosa. Con un empate ante Atlético en Los Cármenes, al que también le valía el punto, tenía suficiente. 0-0 y todos contentos.

La de año pasado fue un cantar similar. Tampoco acabó Sandoval y le reemplazó José González. Aunque tuvo bastante regularidad, hubo un momento de duda en la jornada 32. Un 0-0 con el Málaga que generó preocupación. Después el Granada cayó en el Calderón y recibía a un Levante en resurrección. Lo aplastó con un 5-1 y aclaró las cosas. No fue, sin embargo, hasta la penúltima jornada cuando se quitaron el miedo en el Sánchez Pizjuán. Un 1-4 que liberó tensiones y confirmó que el fútbol es siempre imprevisible y que con el Granada como actor, aun más.

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