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LA PLAZOLETA

Dos líneas muy diferentes

Una refleja las posibilidades de la economía real del club. Es, por tanto, austera. Otra rompe con sus límites, pues la abriga John Jiang

Rafael Lamelas

Domingo, 22 de enero 2017, 00:47

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Dos estrategias se cruzan en este mercado. Una refleja las posibilidades de la economía real del club. Es, por tanto, austera. Otra rompe con sus límites, pues la abriga John Jiang a través de su club chino. Aquí no tiene más restricción inversora que la que se autoimponga.

Ha habido hilos abiertos desde finales de noviembre, pero el escenario es siempre cambiante. Cerrar acuerdos con futbolistas y clubes con tiempo se presenta como la circunstancia ideal, pero esto es nada sencillo. Hasta que no se abre la ventana invernal se desconoce la cantidad de dinero que se atesora, la disposición real de los jugadores y las facilidades que ofrezca el club de origen. Dependiendo de la celeridad en las salidas se suma margen al montante en función de lo liberado.

Los rojiblancos han conseguido finiquitar a tres futbolistas, hecho fundamental pues tenían ocupadas las 25 fichas. El ahorro de la marcha de Kelava, Toral y Barral fue de aproximadamente un millón de euros. Con medio 'kilo' más se ha concretado el aterrizaje de Ingason, contratación que no está bajo el perfil de futbolista de conocimiento del campeonato nacional, pero tampoco es el de un recién salido del cascarón. Viene rodado, pues era titular en el Lokeren, y ha mostrado hambre, algo crucial en la actual circunstancia. Lo esperado hubiera sido que tanto él como Kone, en préstamo por el Udinese, con más reputación aunque con poca continuidad en el último año y medio, aparecieran ya en la semana previa al duelo con el Osasuna, pero cristalizar operaciones se ha convertido en un trago complejo. Si han tenido bueno ojo esta vez, se verificará pronto, porque no tardarán en tener su oportunidad.

La otra vía de captación es la que se define con Adrián Ramos. El colombiano es el 'regalo' retrasado de Jiang por Navidad. Una bandera para el resurgimiento. Pero no la única. Todavía pueden quedar un par de elementos por llegar al menos. Hay algunos objetivos que no han salido a la luz. Y queda una bala en la recámara. La de Ramos puede no ser el único golpe de mano del Chongquin Lifan. Quizás no de tanto relumbrón, pero también fuera del alcance teórico del Granada. Tic, tac.

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