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Granada CF

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A la izquierda, Jiang Lizhang, con la Alhambra de fondo durante la presentación del nuevo proyecto. A la derecha, Layhoon Chan, mano derecha de Peter Lim y actual presidenta del Valencia. / EFE

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Dos clubes con acento asiático

  • Peter Lim y Jiang Lizhang dirigen los destinos de Valencia y Granada, un camino que por el momento se les ha complicado

Valencia y Granada se enfrentarán el próximo domingo en un partido de muchas necesidades para ambos. Los de Prandelli no acaban de arrancar y se mantienen en la zona baja de la clasificación -decimoquinto con 10 puntos, un por encima del descenso- a pesar de contar con uno de los mayores presupuestos de la categoría. Los rojiblancos son colistas y aún no han ganado un partido. Ambos comparten muchos aspectos en la actualidad, como el cambio de entrenador en el primer tramo del curso. Pero fuera de los terrenos de juego también existen muchas similitudes entre dos clubes que históricamente han tenido pocas semejanzas. Para empezar, ambos comparten a un acaudalado empresario asiático como dueño, aunque ninguno de los dos ejerce como presidente.

En octubre de 2014 un empresario singapurense llamado Peter Lim se hizo con el paquete mayoritario de las acciones del Valencia. Para ello puso encima de la mesa 94 millones de euros para la Fundación del club ché -su fortuna está estimada en 2.400 millones de dólares- que debían ser distribuidos entre los diferentes frentes abiertos ante la tremenda deuda que arrastraba desde hace años. Al aficionado se le prometió un proyecto deportivo ganador para recuperar el estatus de equipo grande perdido en los últimos tiempos. Dos años después la hinchada sigue igual de enfadada, o más, pues las cosas han ido a peor.

En Granada todavía no ha dado tiempo a sacar una conclusión más fiable sobre la gestión de su nuevo propietario porque apenas lleva unos meses en el cargo. Jiang Lizhang, un empresario chino, pagó a Gino Pozzo 37 millones de euros para hacerse con el club rojiblanco. Su llegada ha transformado la entidad de Los Cármenes por completo, desde la estructura interna hasta la plantilla. Es en el campo donde se están produciendo los peores resultados. Una plantilla completamente remodelada con 17 incorporaciones. Un entrenador abanderando el proyecto que les ha salido rana para completar un proyecto amenazado demasiado pronto. Porque Paco Jémez fue el nombre más importante del primer equipo. Aquí todavía no llegan las estrellas mundiales mientras no se crezca deportivamente hablando.

A orillas del Turia, con la llegada de Lim, comenzaron los fichajes rimbombantes a base de talonario. A los mandos de la nave, sin embargo, Nuno Espirito Santo, con un escaso bagaje en los banquillos a cargo del modesto Río Ave portugués. La primera temporada se saldó con bastante éxito. 14 incorporaciones, muchas de ellas importantes, como los casos del centrocampista portugués André Gomes y el delantero internacional hispano-brasileño Rodrigo Moreno, Negredo o los defensas Otamendi y Mustafi. Se conformó la plantilla más joven de Primera y se logró con mucho esfuerzo acceder al cuarto puesto de la tabla al final del curso, para volver a la Champions tras un año sin competición europea que disputar.

El segundo verano trajo aparejados nuevos cambios en la estructura, pues, Amadeo Salvo, el mismo que había traído a Peter Lim al club, fue sustituido como presidente. Su puesto lo ocupó Layhoon Chan, actual presidenta, que hasta entonces era la encargada de supervisar la cartera de inversiones de miles de millones del empresario de Singapur, así como sus obras sociales y benéficas.

Desde entonces el Valencia ha ido perdiendo peso deportivamente hablando, con el consiguiente enfado de una hinchada extremadamente exigente. Gran parte de la estructura interna de la casa (Rufete y Ayala, entre otros) se vieron relegados a un segundo plano para dar plenos poderes a Nuno, en el banquillo y en la secretaría técnica. Apenas disfrutó de la liguilla de la Champions antes de quedar eliminado. Le costó el puesto a Nuno, defenestrado por la grada. Neville, otro técnico sin currículo, se convirtió en un sustituto efímero. Fracaso absoluto. Pako Ayestarán tomó los mandos y ha durado hasta principios de este curso. Ahora es Prandelli, con un cartel mucho más luminoso que el de sus antecesores, el que debe sacar al Valencia de una zona en la que no está acostumbrado a moverse.

Desde la distancia

También Valencia y Granada cuentan con una similitud en cuanto a forma de gestionar su parcela deportiva. Ambos cuentan con dos asesores sin cargo oficial pero con mucho peso a la hora de planificar la plantilla. En el club ché es el famoso representante de futbolistas portugués Jorge Mendes el que desde que llegó Lim, amigo íntimo, se ha encargado de abastecer el conjunto valencianista a través del fondo de inversión del singapurense, Meriton Capital Ltd. De una manera u otra, ya sea como representante de los futbolistas o mediador en las operaciones, Mendes está detrás de los fichajes de Rodrigo, André Gomes, Enzo Pérez, Joao Cancelo, Otamendi, Negredo, Abdennour, Santi Mina, Bakkali, Danilo o Aderlan Santos.

En Granada es Media Base Sports, la empresa que dirige Pere Guardiola, la que ayuda desde la distancia en la confección de la plantilla. El hermano del técnico del City medió en la compra del club granadinista y ahora ejerce un papel importante aunque no conste en el organigrama. Desde Media Base han llegado Samper y Toral al primer equipo, además del entrenador del filial, Lluis Planagumá, y dos futbolistas: Pol Ballesté y Pol Llonch.

Pero la influencia de Guardiola no solo se ha dejado notar a través de su empresa de representación, sino que ha participado activamente en operaciones con algunos clubes extranjeros, principalmente ingleses, pues domina ese ámbito a la perfección. Boga o Angban han llegado cedidos procedentes del Chelsea y Pereira lo ha hecho desde el Manchester United, todos ellos gracias a la ayuda del empresario catalán.

La afición de ambos clubes solo espera que las promesas que los dos magnates hicieron cuando desembarcaron en España se cumplan. Por ahora las cosas se han torcido más de lo que se esperaban, pero el margen de maniobra es amplio.

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