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El melón

El melón
/ A. A.
  • Se acabaron las intuiciones. Ya podemos ir comprobando a qué sabe el nuevo Granada. Jémez sabe lo que quiere pero muchos de sus jugadores son una incógnita. Otros están por ver o ni siquiera han llegado

1. El Granada se arrancó el precinto y quedó claro que Jémez es radical en sus principios. Da igual que los actores aún no dominen el guion o que le falte reparto, alguno con papel protagonista. Están en el mercado, que cimbrea otra persona: Piru. No es su responsabilidad directa. Él tiene un plan de futuro y lo va a ejecutar, bajo el riesgo que sea.

2. Llevará tiempo. Concitará paciencia del respetable si va arrancando resultados. Adquirirá comprensión si demuestra que, aun con carencias, va a por el triunfo siempre, con nobleza. Si es fiel a su tradición ofensiva y al trato cariñoso al balón. No se apaña con los empates, aunque rescatarlo con el Villarreal bien valió el esfuerzo.

3. Es un momento más para las impresiones que para las conclusiones. Ya hay argumentos sobre la mesa, pero todavía resta mucho por ver. Esto acaba de empezar. Apenas asomaron 13 jugadores en el campo, con los mecanismos todavía por automatizar, con alguno fuera de su sitio fetén. Los nervios, estados de forma o adaptación a la Liga provocan mermas. Los procesos no se pueden forzar, aunque la competición los precipite. El tren espera y la edad no es excusa. Ni por arriba, ni por abajo.

4. Algunas observaciones confirman tendencias veraniegas. La firmeza de Ochoa, portero y líbero a la vez, convirtiendo en excepciones los saques en largo. Inicia por los lados de su área o busca el pasillo libre por donde se ofrece un centrocampista azorado. De inmediato, aporta una alternativa atrás para arrancar otra vez. Lo hizo con Lavolpe en México, quien acuñó esa salida tan característica que envía al pivote al núcleo de la defensa, despliega a los centrales y adelanta a los laterales. Con Jémez tendrá ración semanal.

5. Se acredita la evolución de Uche. Un mediocentro elástico pero de proyección discreta, que reconvertido a central sí tiene un margen mayor de crecimiento. Se pagará alguna novatada, pero se ganará un velocista atrás, no exento de capacidad de gestión de la pelota, que no le quema. El contraste con su compañero Lombán fue notorio. A este le va a costar caro el peaje de esta táctica, entre la gallardía y el suicidio.

6. Con un lateral izquierdo improvisado en Tito, el equipo se tapó un ojo y se aumentó el colapso del centro del campo. Aunque los conjuntos de Jémez suelen tener un idilio con el gol, se reconocen sobre todo por su dominio del centro del campo. Fue ahí donde se evidenció la laguna de su estructura.

7. Javi Márquez tiene tacto, pero le falta potencia y carrocería. Este sistema en el alambre se resquebraja si se interrumpen las conexiones, sobre todo las de trámite. Jémez se ha empeñado en convertir a Márquez en su Trashorras, quizás por la ausencia de una alternativa o por cierta decepción con el rendimiento de Fran Rico. Pero Márquez no llega a ser ni la sombra de su antiguo capitán y parece complicado que emerja hacia el director de orquesta que en su día fue en el Espanyol o el Mallorca. A Toral también le viene grande el traje por ahora. No se atisba otra solución que compensar en el mercado las carencias que se otean.

8. Boga es un aprendiz de mago que transitó terrenos adversos. Empezó en la banda ante la falta de extremos válidos, desde la que le costó despegar. Acabó de organizador, algo más atrás del puesto de lanzadera al que se ajusta con soltura. Sin el parche del costado, exhibió ese individualismo burlón que bien ejecutado, permite progresar a todos. Recordó por momentos a Brahimi, palabras mayores para parte del público. Él y Ponce, una centella escarbando en las costuras de la zaga rival, desplegaron las mejores noticias. El director deportivo puede estar pagando la novatada en los despachos, a la hora de negociar hasta el fin de las operaciones. Pero el buen ojo se le presuponía. Fue un buen comienzo para dos de sus tesoros, aunque sean prestados.

9. Queda mucho por analizar. El zaguero Gastón Silva, quien tiene buena pinta. Las posibilidades de Angban, mediocentro de recorrido que podría compensar la falta de fuelle de los dos volantes del sábado. La integración de Angulo, bajo el ritmo tropical aún, necesitado de entrenamientos, minutos y cierta tolerancia ante su bisoñez que impacta con la vitola de crack que alguno le ha querido colgar. El márketing es positivo, hasta que se va de las manos.

10. Luego están los retoques del bazar estival, de aquí al día 31. El pasatiempo vacacional del hincha, que imagina plantillas simuladas en la tumbona. Será al día siguiente de esa fecha crítica cuando el melón no sólo se abra y se saboree, sino que se pueda catar hasta atiborrarse. Si está dulce o agrio, no conllevará nada definitivo, pero permitirá un juicio menos precipitado de los que anunciaron el caos ante los retrasos de Piru o se embriagan hacia un optimismo infundado. Esto es largo y a veces las cosas no son como parecen, sino como terminan. 37 jornadas más. Ahí es nada.