Ideal
Granada CF

INFORME

Una élite vedada a los granadinos

Sergio Martín, Carmona y Nico intentan destacar en su tierra, en el Granada B, como hizo Lucena en el primer equipo del club.
Sergio Martín, Carmona y Nico intentan destacar en su tierra, en el Granada B, como hizo Lucena en el primer equipo del club. / Alfredo Aguilar
  • Sólo tres jugadores de la tierra militan en equipos de las mejores ligas: Callejón, Gálvez y Varela, con un Granada sin representación local y apenas tres futbolistas nativos en su filial. IDEAL analiza los motivos

Sólo tres jugadores granadinos militan en equipos de las primeras ligas europeas. Son José Callejón, en el Nápoles; Alejandro Gálvez, en el Werder Bremen; y Francisco Varela, en el Betis, el único que lo hace en España, aunque serían cuatro si se incluye a Cifu, lateral fichado en el mercado de invierno por el Málaga que nació en Zújar, aunque se crió en Alicante. Ninguno, como se comprueba, milita en el equipo más representativo de la provincia, el Granada. El club rojiblanco no tiene representación local en su división principal desde la retirada de Manolo Lucena, su gran capitán. El panorama tampoco es que mejore en el filial, en el que sólo hay tres integrantes de la tierra: Carmona, Sergio Martín y Nico Hidalgo. ¿A qué motivos obedece esta escasa presencia de granadinos en la élite? La cuestión tiene varias respuestas.

La trayectoria de los hermanos Callejón explica la necesidad del talento provincial de salir a otras plazas durante años en los que el techo de Granada era la Segunda B e, incluso, la Tercera división. José y Juanmi ficharon por el Madrid. Juanmi ha tenido una carrera más modesta, pasando por el Mallorca, Albacete, Córdoba, Hércules, Levadiakos griego y ahora en el Bolivar de Bolivia. José María, sin embargo, se puede considerar hoy por hoy el mejor futbolista granadino en activo. Triunfó en el Espanyol, gozó de partidos en el Real Madrid con Mourinho y luego se marchó al Nápoles con Rafa Benítez, con fases de grandes actuaciones y goles, alcanzando incluso la internacionalidad.

Una Primera división vedada para los granadinos

José recordó sus orígenes en una entrevista hace un tiempo para IDEAL. «Había que subirse a ese tren que pasaba y lo hicimos. Lo más complicado era la soledad, pero el paso por aquello me ha llevado a donde estoy», reconocía un tipo que agradeció las muestras de cariño de la afición del Granada el día que visitó Los Cármenes con la camiseta blanca. «Se me puso la piel de gallina. Notas que los granadinos ven que un jugador de la tierra estaba triunfando con el Madrid y que ellos te honren es emocionante», asumía.

Mientras que José Callejón jamás pasó por el equipo de la capital, Alejandro Gálvez sí lleva en las venas el arraigo por lo rojiblanco. Nieto de Francisco Jimena, que fue presidente del club, su formación inicial estuvo ligada a esta cantera, formando parte de los Veteranos del Granada. Como en otros casos, demostró arrojo para emprender desde niño el camino hacia la profesionalidad. «Creí oportuna la opción de salir de casa y jugar en un club como el Albacete, que en esa época estaba en Primera división. Formarme así como persona y futbolista. Cuando salió la oportunidad no dudé en hacer las maletas y sabía que mi familia me apoyaría», rememora desde Alemania.

«Para asumir este riesgo, la cabeza la tienes que tener muy centrada. Tenía 14 años. Otros compañeros también se marcharon pero tuvieron que regresar por distintos motivos. Hay que estar muy preparado. Tuve compañeros que jugaron conmigo en el Granada de chicos, como Luis Herrera, que se marchó al Espanyol, que siempre destacó, o Jorge Brazales, que estuvo también en los Veteranos del Granada y se fue al Atlético de Madrid. Ellos estaban preparados y tienen condiciones, pero a veces las circunstancias son muy diferentes en los distintos clubes. Yo tuve suerte de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno», reconoce.

Una Primera división vedada para los granadinos

Gálvez descarta que haya alguna ‘tara’ que impida a los granadinos alcanzar la cúspide de este deporte. «Futbolistas en Granada de futuro hay para jugar en Primera, pero tienen que estar bien aconsejados y guiados. Y, si pueden encontrar la oportunidad en el primer equipo del Granada, no será necesario que salgan», aconseja, aunque para él lo de irse al extranjero ha sido enriquecedor. «La experiencia en Alemania no me hizo dudar ni un segundo. Tenía ganas de vivir algo así. Me presentaron un proyecto deportivo y económico que no se podía rechazar».

Gálvez nunca ha escondido un anhelo. «Me gustaría mucho vestirme del Granada, como cuando era un niño. Sentir esa ilusión de chico, las ganas de triunfar en el fútbol. Me haría mucha ilusión. Ha habido contactos por ambas partes, se ha intentado. Ahora lo primordial es seguir en Bremen y progresar como futbolista. Siempre hay tiempo de volver a casa», resalta, al tiempo que sueña con «un Granada con gente de la tierra, porque son los que realmente tirarán de orgullo de pertenencia. Para mí es el 50 por ciento de un equipo. Me encantaría que algún día muchos chavales disfrutaran allí».

Álex coincide con su progenitor, Fernando, que ejerce de representante. «El sacrificio al que se someten a los padres y el propio chaval, supone un desarraigo muy importante. Se sufre cuando no surge la posibilidad de hacer una carrera deportiva y compaginarla con un entorno adecuado y unos estudios en la propia ciudad de uno», lamenta. «Alejandro se ha perdido muchas vacaciones y fiestas familiares, que él mismo nos ha puesto de manifiesto ahora que es profesional. La dureza emocional que lleva eso», exterioriza, si bien agrega que la distancia faculta al futbolista con una resistencia psicológica envidiable:«El porcentaje se eleva en esa fuerza mental para llegar a la élite».

Una Primera división vedada para los granadinos

Uno de estos, que ya se abre paso entre los mayores, es Francisco Varela, quien cierra esta terna de granadinos, atarfeño que también en la adolescencia se enroló en las divisiones inferiores del Betis y ya ha gozado de oportunidades como uno más en el primer equipo. «De mi quinta, de los que componíamos la selección granadina, salimos unos cuantos a distintos clubes. Ahora la cosa está cambiando porque al estar el Granada en Primera, los más jóvenes se quedan en casa y ya no salen tantos».

Su relato tiene semejanzas con los anteriores. «Me fui con 13 años de casa y mis padres sufrieron mucho. Te encuentras en un sitio que no conoces de nada, pero estuve muy bien en la residencia, con otros compañeros que ahora están en el primer equipo. El proceso es duro pero estoy feliz», aventura, sabiendo bien qué ha sido fundamental en su evolución. «Desde que me fui de mi casa todo ha sido a base de constancia. En el mundo del fútbol hay gente con mucho talento, pero por falta de trabajo no llegan todos».

El último granadino

Manolo Lucena puede enorgullecerse de ser el último granadino en triunfar en el club de su tierra en la élite, por eso pide algo de paciencia. «El club ha crecido más rápido de lo que da tiempo a mejorar en estructura comparado con clubes como el Villarreal. Ahora se está haciendo un trabajo con el que en breve se empezarán a ver los frutos». Porque cuando llegó Pedro Peso «hace doce o trece años» se encontró esto «casi desierto, sin equipos, sin informes, sin archivos... Requiere mucho tiempo». Lucena asegura que «poco a poco el División de Honor estará repleto de jugadores granadinos y estoy seguro de que llegarán al primer equipo. Futbolistas buenos hay en todos los sitios, también en Granada, sólo se necesita un poco de paciencia», insiste.

Una Primera división vedada para los granadinos

El ahora encargado de la Escuela del Granada cree que «cuando un chaval joven se tiene que ir fuera es complicado y llegar al máximo nivel se dificulta más que si estás en casa». Como exfutbolista de la tierra, admite que «a todos nos gustaría que hubiese más granadinos en Primera división, y si es en el Granada CF mucho mejor». Los recursos económicos de otros clubes competidores hacen «difícil» retener o convencer «a un padre para su hijo, que tiene una oferta económica que aquí no se puede pagar». Por eso es importante que al granadino la atraiga «jugar en el Granada para intentar que no se vayan». Lo que tiene claro es que «llegar a Primera división es un sueño, algo especial, porque lo sientes como algo tuyo» cuando los haces en tu equipo de casa.

Lucena es un ejemplo para los tres granadinos del filial rojiblanco, Álex Carmona, Sergio Martín y Nico. «En el equipo de la ciudad debería haber más gente de Granada», admiten, aunque aseguran que «nos sentimos apoyados por el club». De lo que no hay duda es de que «en este club se apuesta más por la gente de fuera que por la de aquí» por el momento.

Los tres entienden que «el fútbol de élite en Granada lleva poco tiempo, cuando lleve más tiempo quizá se empiecen a ver los resultados», sobre todo en su club, donde ellos son una excepción. «El tema económico también repercute en el trabajo de los clubes que potencian la cantera», advierten. Lo que no pierden es la esperanza de llegar a Primera: «Trabajamos día a día para eso».

Resultados a corto plazo

Ricardo Albis, coordinador del fútbol base del Granada desde hace tres años, apunta a un «mal general». «Han salido muy pocos y creo que los motivos son obvios: el Granada estuvo perdido 35 años, en categorías profundas, y eso no ha favorecido su presencia. También ha habido muchas deficiencias de instalaciones, medios y profesionales. Al final todo está relacionado, porque cuanto más inviertes, más aparecen», analiza.

Albis incluye entre los canteranos también a aquellos fichajes jóvenes que han pasado un tiempo prudencial bajo la tutela rojiblanca. «Los considero así, aunque no tengan una raíz muy profunda, a Uche y Success, que llevan tres años aquí, o incluso a Peñaranda», aunque el argentino entiende que el sentimiento de mayor identidad se genera sobre todo en los nacidos en el lugar. «Aquí viene mucha gente extranjera, es cierto, pero del Liga Nacional juvenil para abajo, hay un 95% de Granada», subraya.

Además de los tres granadinos que militan en el B, Albis advierte de que la gran generación está por llegar y está repartida en las tres divisiones juveniles de la entidad. «No va a pasar mucho tiempo para que tengamos que analizar si tienen futuro en el Granada B, para empezar».

Entre ellos destaca los casos de Adri Castro, mediapunta del División de Honor; Sergio García, mediocentro;y Fermín, lateral izquierdo, todos en el primer equipo juvenil del Granada, que se bate el cobre con el Sevilla, Málaga o Betis.

Pero sobre todo pisan fuerte algunos que vienen por detrás, juveniles de primer año como David Maldonado, lateral zurdo, que debutó con el ‘B’ en la Copa Federación, una especie de Copa del Rey para modestos. Es uno de los recurrentes en los entrenamientos de José Miguel Campos, junto al resto de chicos del Segunda B, «que tiene un nivel muy alto». «Hay otros como Adrián Butzke –delantero–, máximo goleador en el Liga Nacional (segundo juvenil del Granada) o Álvaro Espínola –lateral izquierdo–», termina de repasar la camada.

«El Granada lleva cinco años en Primera división, pero trabajando a tope en este plan de cantera apenas sumamos dos. Al principio las prioridades se han puesto como es lógico en el primer equipo. Esto se tiene que empezar a ver en uno o un par de años, todos estos esfuerzos en la base. Ahora ya existe un servicio de fisioterapia para la cantera, servicios médicos, un programa informático para controlar la evolución de todos los integrantes, con todos los informes. Hemos empezado por la a. Todo tiene un proceso», afronta.

«Seguimos teniendo déficit de instalaciones, porque aunque contamos con la Ciudad Deportiva, al final la disfrutan sólo los mayores por ahora», muestra, incluyendo en la secuencia a Nico –central– o Del Moral –pivote–. «Vienen empujando», defiende. De hecho el Juvenil Preferente, con gente sólo de primer año, va primero; el de Liga Nacional, tercero; el División de Honor oscila entre el sexto y el séptimo, en un grupo en el que el nivel es tremendo».

«Este club tiene fama de que trae a mucha gente de fuera y me gustaría que aumentara la presencia de granadinos. Hay gente como Robador y Canillas que han salido de nuestro juvenil al ‘B’, pero que no nacieron en Granada», añade, a la espera de ver esta gran explosión que prevé.

Ayudaría un viejo sueño deslizado alguna vez por el inversor Gino Pozzo: la creación de una residencia para jóvenes. «A mí me daría la vida», sostiene Albis. «No es una queja, porque somos un equipo humilde, pero si tuviéramos plazas para disponer de gente de la propia provincia, de Baza o Motril, por ejemplo, el trabajo se haría más fácil», alude.