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Konoplyanka sobre hielo en Sevilla

Konoplyanka sobre hielo en Sevilla
/ EFE
  • El ucranio, con dos goles y cuatro asistencias, cumple con las expectativas y justifica la trascendencia en torno a su contratación

Érase un ucranio que aprendió a jugar a fútbol sobre hielo. Yevhen Konoplyanka (Kirovohrad, Ucrania, 1989) no ha cambiado un ápice su juego desde que llegara al máximo nivel. Conduce el balón como si no levantase los pies del suelo, siempre con el cuero amarrado a la bota. Sobrado en el campeonato de su país desde hace tiempo, el salto a alguna de las mejores ligas se hizo rogar más de la cuenta. Se produce este año, con 26 primaveras recién cumplidas. Llega a Sevilla, un polo opuesto a su país de origen. Desea seguir patinando.

Tuvo que escoger Konoplyanka en su infancia entre el kárate y el fútbol. Para regocijo del balompié, escogió lo segundo. Nunca sabremos lo que las artes marciales se han perdido. El menudo jugador se crió en la cantera del Olympic de Kirovohrad antes de ser captado en invierno de 2006, con dieciséis años, por el Dnipro, uno de los clubes punteros del país. Apenas pasada una campaña, Konoplyanka debutaba con el primer equipo. Corrían vientos de agosto de 2007 y en aquel incipiente extremo ya había quién veía un relevo para una leyenda como Andriy Shevchenko. Pronto se le comparó también, por características, con Lionel Messi.

Su ascenso y desempeño en las categorías sub-19 y sub-21 del combinado nacional fueron seguidos de su debut con la absoluta en el año 2010, el de su consagración con el primer equipo, poniendo fin a los pocos minutos que tuvo en sus inicios dada su edad. Sus cualidades llamaron la atención de Dynamo de Kiev y Shakhtar Donetsk. También se dieron cantos de sirena desde Rusia. Capaz de jugar en cualquier posición del frente del ataque, ya fuera en banda o detrás de un punta, el ucranio presentaba una rapidez y una precisión en el control del balón excelentes. Perjudicado por un físico débil, la intermitencia de sus geniales acciones comenzó a dejar entrever una irregularidad que aún a día de hoy se le recrimina. Buen asistente y gran definidor, también se mostraba eficaz a balón parado.

Bajo las órdenes de Juande Ramos desde octubre de 2010, el jugador resiste todas las tentaciones para permanecer en un proyecto que se atisbaba ilusionante. Titular en la Eurocopa de 2012 de la que Ucrania fue anfitriona, el panorama internacional conoce definitivamente su apellido en un partido disputado en Wembley entre Inglaterra y Ucrania. En este encuentro, que finaliza empate a uno, Konoplyanka marca un golazo desde fuera del área partiendo de banda izquierda y desquicia a su marcador Kyle Walker, quien se deshace en elogios tras pasar por la ducha.

La inclusión del extremo en el once ideal de la Europa League en 2012 conlleva el interés de varios clubes europeos dispuestos a acercarse a los más de diez millones que el Dnipro exigía. Juande Ramos, firme, asegura que el valor de su futbolista es de nada más ni nada menos que 50 millones de euros. La salida del jugador, estancada, está más cerca que nunca en enero de 2014 con destino Anfield Road. No se produjo, y el jugador no tarda en expresar su decepción.

Con Juande Ramos alcanzaría un subcampeonato en la competición doméstica pero sin duda el mayor hito llegó de la mano de Myron Markevych la pasada campaña con la disputa de la final de la Europa League tras eliminar a su paso, entre otros, al Nápoles de Rafa Benítez. El protagonismo de Konoplyanka en aquel equipo era total, y su nombre ya estaba vinculado a su rival de aquella noche en Varsovia. El Sevilla, que se terminaría haciendo con el título, llevaba toda la temporada siguiéndole.

El jefe de la banda izquierda sevillista

Libre desde julio de 2015 –para torpeza de los dirigentes del Dnipro-, el jugador reconoció haber perdido tres kilos decidiendo si firmar por el Stoke, el Atlético o el Sevilla. Fueron finalmente los andaluces quienes lograron la firma del jugador en una negociación nocturna, a la antigua usanza, que terminó con el ucranio proclamando “¡viva el Sevilla!” ante una marabunta de periodistas y fotógrafos. Con el fin de acelerar su aclimatación, los sevillistas contrataron a Dimitry Cheryshev, exfutbolista y padre de Denis, quien trabaja para el club pero fuera del equipo técnico de Emery.

Lejos del estereotipo sociológico del este, Konoplyanka se mostró bromista y ‘salao’ desde su presentación, en la que fingió una caída para desatar las risas. No le pasó factura el comentario de su padre afirmando que el auténtico objetivo del extremo era llegar al FC Barcelona, consciente la masa social de la realidad de su equipo. El debut en partido oficial, precisamente ante los culés en la Supercopa de Europa, trajo consigo el primer tanto en su casillero.

Reinó la prudencia en su adaptación, con más de una suplencia. Costaba, asimismo, mandar a Vitolo a la banda derecha tras su gran campaña vistas las dificultades del ucranio en su costado “natural”. Con un individualismo que levanta murmullos en el Pizjuán, Emery sigue sin estar satisfecho con su trabajo defensivo, algo que Aleix Vidal bordaba. Es, quizás, el fichaje de más caché en la historia del Sevilla tras Diego Armando Maradona. De momento cumple las expectativas con regates, goles y asistencias. Se sabe importante, y se crece. Asume su talento con naturalidad y responsabilidad. Con hielo. Es el jefe de la banda izquierda sevillista.