Derrota por la mínima y gracias. Ese debe ser el pensamiento mayoritario del granadinismo después de que el conjunto de José Ramón Sandoval no diera la talla en Butarque y se aprovechara de la falta de acierto local para dejar la eliminatoria abierta y poder optar a clasificarse para los octavos de final de la Copa del Rey siempre que el equipo rojiblanco y su afición pongan toda la carne en el asador durante el partido de vuelta que tendrá lugar el próximo 17 de diciembre en Los Cármenes.
Los teóricos suplentes no se reivindicaron ante un rival de la Liga Adelante como el CD Leganés y el primer tiempo completado por el Granada, al igual que en el último partido de liga ante el Málaga, fue un verdadero espanto. Salió al césped muy enchufado el cuadro pepinero y en su primera llegada clara al área rival Guillermo le ganó la partida a Dória en un balón dividido, se plantó solo dentro del área y definió bien ante la salida de Kelava (1-0). El Granada intentó mantener la compostura y Nico López estuvo cerca de igualar con un remate que desvió bien Piña apenas un minuto después del tanto local.
El buenhacer de Neuton por banda izquierda y de Rubén Pérez en el centro del campo por momentos pareció equilibrar un duelo que se rompió en el minuto 23. En ese instante el centrocampista blanquiazul Rubén Peña montó una peligrosa contra en la que dejó por los suelos a dos defensas antes de ser placado por Rubén Pérez. La falta fue clarísima y Clos Gómez entendió que merecedora de tarjeta roja directa. El Granada se quedó bloqueado y aunque Sandoval movió el banquillo para dar entrada a Uche por Salva Ruiz el cambio no arregló nada. El Leganés bailó a un Granada que estuvo cerca de encajar el segundo en un centro desde la derecha que César estrelló en el larguero (m.30), en un disparo de Guillermo que se marchó alto (m.32) y que finalmente recibió el castigo del gol en la acción más inverosímil: un centrochut de Omar que entró por la escuadra rojiblanca sin que el guardameta Iván Kelava pudiese hacer nada por evitarlo.
Los granadinos tiraron de oficio en la segunda mitad para que la eliminatoria no quedara sentenciada en el partido de ida. Los de Sandoval jugaron más juntos y fueron más equipo en una segunda parte en la que se ganó peligro en ataque con la incorporación de Isaac Success y en la que Fran Rico recortó distancias con una esplendida volea desde la frontal tras un mal despeje de la defensa local. El 2-1 supo a gloria a un Granada que buscó el empate sin arriesgar en exceso mientras que para el Leganés fue un resultado corto por su aplastante dominio durante el primer tiempo y porque Kelava estuvo providencial para evitar el 3-1 en un mano a mano con Sastre en la que terminó siendo la última ocasión del partido.