Ideal
Granada CF

Mandíbula de cristal

Mandíbula de cristal
  • El Granada tiene la moral por los suelos. Su fragilidad mental es notoria y se agrava ante la nulidad ofensiva, pero la clasificación da aún margen. El presidente ha agotado fórmulas. Se está en manos de los del césped

1. Qué se puede hacer más tras cambiar tantas cosas y acabar mejorando en global tan poco es la pregunta que se hará en estos momentos el presidente del Granada, Quique Pina, al que la tétrica situación de su equipo vuelve a poner a prueba sobre de qué pasta está hecho. Medidas aplicables para la reacción le quedan escasas, salvo acudir de nuevo a unas concentraciones que, por abuso, han mermado su razón de ser. Está en manos de los que pisan el césped.

2. Remodeló en invierno un vehículo mal ajustado durante un verano de ciertas promesas incumplidas y recuperación de dividendos para los inversores, que no se reflejaron en una medida proporcional sobre la planificación. El coche estaba para el desguace y con un piloto que solo daba volantazos, sin finura. Pina le puso ruedas nuevas, le quitó los bollos, varió algunas piezas y se encomendó a la pericia de un nuevo conductor, con un manejo diferente. Pasada lo efusivo de la reparación, las señales siguen siendo preocupantes, aunque los partidos se aborden desde otras perspectivas. Las dos principales averías de la escuadra han reaparecido, si es que en algún instante se remacharon.

3. El mandatario murciano fichó mucho y en algunos casos bastante bien, en apariencia. Consolidó el lateral zurdo con un defensa natural, sin experiencia en Europa pero baqueteado en el Boca Juniors. El mediocampo adquirió otra lectura de la mano de Rubén Pérez. Desequilibrar por las bandas no parecía tan complejo de la mano de jóvenes como Robert o Lass. Pero la gran cuestión, la limitación que había impedido sumar más puntos, estaba en el ataque.

4. Para esa franja se trajo a Colunga, de aportación escasa, y la directiva se encomendó a la mejoría de los que ya estaban con un soporte mejor en las otras líneas. Por desgracia para su teoría, la vida sigue igual en el área. El mercado quizás no ofreciera soluciones mejores, o lo que estuviera a tiro sería muy caro. Pero nada merecía más la pena que traer a alguien que despejara el camino del área. Ahora es ventajista comentarlo, aunque quejosos hubiera muchos con más razón y menos, y es probable que las opciones estuvieran restringidas durante la apertura del bazar, pero es esta y no otra la válvula que provocaría una transformación en el funcionamiento del motor.

5. Las necesidades eran tantas y tan urgentes que el margen de error se elevaba. Otros llegaron y han abandonado poco el ostracismo, como Candeias y Cala, quizás anodinos en las sesiones de trabajo. Pero es obvio que la alineación ha experimentado un decoro desde la etapa previa. La ausencia de gol, no compensada ni con fichajes ni con los que perduran, contagia fallos a todo el sistema, arrastra hasta la desidia a la mecánica.

6. Sin dianas, no hay victorias, el método común para escalar en la clasificación y mejorar la autoestima. La depresión se extiende y muy pocos encuentran resistencia a su influjo. La entidad ha incorporado esta misma semana a un auxiliar cuyo currículo indica que ejerce habitualmente de “coach”,. Un tutor para explotar puntos fuertes, detectar los débiles y hallar planes de mejora. Ojalá todo pasara por este tipo de terapias y el hombre sane.

7. El canto a la esperanza es el mismo de siempre. Se encuentra en un estado tan lamentable la mayoría de escuadras de la parte baja que cualquiera que revolotee levemente, podría quedarse en la categoría. Pero en un acto de supervivencia, no aguantan los más dotados de calidad, ni los rápidos, ni los que tienen plantillas amplias y lustrosas. Solo soportan el dolor los que tienen una mentalidad a prueba de bombardeos. En esto flaquea mucho el Granada y encontrar el método para solventarlo es la principal misión del presidente, el entrenador y aquellos pocos jugadores que son inasequibles al desaliento. Como Nyom.

8. Resino también tiene que revisar algunos pronunciamientos. Márquez estuvo fallón en Vallecas, pero en estos momentos su temple con la pelota resulta indispensable para el grupo. Con Lass hay una querencia evidente por su parte, pero el guineano es como Curro Romero. Nunca sabes cuándo le va a dar por el recital. Piti ha perdido la chispa ilusoria que desplegó en los primeros partidos, quizás lastrado por su última lesión. Problemas físicos siguen impidiendo ver lo mejor de Rochina o Murillo, quienes evolucionan cada cual a su ritmo tras el barbecho pero aún están lejos de su potencial.

9. La parada en el campeonato da paso a un largo periodo de penitencia, que concluye nada menos que en el Bernabéu, en una cita donde en lo concreto habrá poco que perder, porque lo normal es que te asaeten, pero que podría significar un aumento en la fractura en la tabla, si los contrincantes pican puntos. Si la visita sirve al menos para devolver el pulso y recuperar la mejor versión de algún elemento, no sería un desplazamiento baldío.

10. Hay personas en el entorno de ánimo hundido. Se comprende. Hay que tener un espíritu irredento y mucho amor por el Granada para mantener la fe en el proyecto actual. Los ajustes de cuentas empiezan a brotar, inevitables, pero cuando más caliente está la cosa, más hay que agarrarse a los datos. Estos indican que queda Liga, que hay posibilidades y que los rojiblancos aún dependen de sí mismos debido a los compromisos con rivales directos. Aunque el equipo tenga mandíbula de cristal, hay que aprender a levantarse, hasta que suene la campana y ya no queden más asaltos.