Era la jornada 33 y el Granada no andaba con la estrecheces actuales. Por contra, el Barcelona llegaba a la cita en similares circunstancias, aun punto del líder –entonces el Atlético de Madrid– y con la necesidad de sumar los tres puntos para mantenerse firme en la pelea por el título de Liga. Hace un año un solitario gol de Brahimi al cuarto de hora llevó el delirio a las gradas de Los Cármenes. A partir de ahí comenzó el asedio azulgrana y la defensa numantina del Granada. Los puntos y la fiesta se quedaron en casa. El Barça del ‘Tata’ Martino se quedaba sin Liga mientras el conjunto de Lucas Alcaraz dejaba encarrilada su permanencia. Fue la gran gesta del curso y, quizá por eso, los rojiblancos se confiaron en exceso hasta verse abocados a salvarse en la última jornada.
Ojalá la visita del Barcelona repitiera las mismas circunstancias, pero por desgracia para los intereses del Granada el porcentaje de conseguir el objetivo ha quedado mucho más reducido ahora. El equipo granadinista es penúltimo con solo 19 puntos en juego a falta de 14 partidos para acabar la temporada. La salvación está ahora a cuatro puntos. Por todo ello, y a pesar del potencial de su rival de esta tarde, no se puede permitir ‘tirar’ este encuentro. Está obligado a creer en un segundo milagro consecutivo.
No ha sido una semana fácil en la ciudad de la Alhambra. El lunes el Levante y Álvarez Izquierdo le arrebataron parte de sus esperanzas. Un golpe duro, muy duro. La competición no le permite regocijarse en su dolor. Porque entre sanciones desorbitadas, recursos interpuestos y rebajas de la condena se ha preparado un partido tan atractivo como peligroso. Decía ayer Abel Resino que estaba sorprendido de lo «pronto que se recuperan los jugadores», ya que al día siguiente de caer en Valencia «quedaron para comer porque no querían estar solos y me pareció muy buena idea».
Su trabajo psicológico durante los últimos días ha sido importante. El entrenador del Granada quiere que sus jugadores mantengan la esperanza y, sobre todo, la confianza en sus posibilidades. Es consciente de que lo lógico es perder esta tarde, pero de conseguir un resultado positivo recibirían una inyección de moral impagable. Ayer reunió a todos en el centro del campo y mantuvo una charla de unos diez minutos en la que les transmitió todo su optimismo.
Sigue con muchas bajas, pero al menos esta jornada recupera a un buen número de efectivos de nivel. Piti y Mainz, ambos lesionados, más Colunga, El Arabi, Insúa y Juan Carlos, sancionados, se quedan fuera de la lista junto a los descartados por decisión técnica Riki y Eddy. Las dos grandes novedades son Murillo y Rochina, sobre todo el colombiano, que no entra en una convocatoria desde el pasado 14 de diciembre de 2014 para jugar ante el Espanyol. El de Sagunto reapareció en La Coruña, donde jugó unos minutos, suficientes para recaer de sus problemas musculares. El defensa no va a ser titular aunque sea el mejor central de la plantilla porque «tiene que coger fondo físico», como explicó su entrenador, pero quizá pueda participar en la segunda parte si las circunstancias lo permiten. Por contra, Rochina ya quiso formar parte de la expedición que viajó a Valencia pero le faltaba ritmo. Los entrenamientos de esta semana le han servido para recuperar tono físico y «puede perfectamente rendir ya».
También regresan tras cumplir un partido de sanción Jhon Córdoba y Fran Rico, al igual que Rubén Pérez, recuperado de su infección en un dedo del pie. Los dos primeros serán titulares ante el Barcelona. Solo queda comprobar quiénes le acompañarán. La defensa presentará una novedad respecto al choque ante el Levante, ya que Mainz, con unos problemas en los isquiotibiales, se queda fuera. Su puesto lo ocupará Cala, que hizo su debut con el Granada el lunes en la segunda parte y que se estrenará como titular y ante su público. En el lateral izquierdo volverá a jugar Foulquier, pues a Insúa le queda un partido por cumplir y Martins, que esta vez está en la lista de 18, sigue sin ser una opción de peso.
Las grandes dudas aparecen en el centro del campo, donde Resino medita un trivote que intente anular la sala de máquinas azulgrana. La vuelta de Fran Rico y Rubén Pérez podría devolver la pareja de pivotes más asentada, pero el buen papel de Iturra en Valencia y la necesidad de destruir el juego del Barça le otorgan prioridad al chileno en detrimento del sevillano. Javi Márquez podría adelantar su posición para ser el ‘enganche’ ante las ausencias de Piti y Colunga. Lass y Robert son las grandes alternativas para las bandas en busca de la «velocidad» que Resino estima clave para tener alguna oportunidad de vencer.
Rotaciones
El Barça necesita recuperarse de su tropiezo de la pasada jornada ante el Málaga. Su desventaja con el líder, el Real Madrid, es de cuatro puntos, así que no se puede permitir fallar otra vez si quiere mantener sus aspiraciones al título intactas. El clásico en el Camp Nou está pendiente y tiene que llegar con opciones. Por detrás acecha el Atlético y el tramo final del campeonato se presenta apasionante.
El exigente partido de ‘Champions League’ del pasado miércoles y la filosofía de Luis Enrique hacen que esta tarde se vean rotaciones en el ‘once’ del Barcelona. La primera es obligada, pues Piqué no viaja al estar sancionado. Bartra es el elegido para que forme pareja con Mathieu. En el centro del campo, Xavi recuperará su sitio para dar descanso a Iniesta, mientras que arriba el sacrificado esta vez podría ser Neymar, que no anda tan fino últimamente y Pedro espera una nueva oportunidad que aprovechar.
El conjunto blaugrana entrenó ayer por la tarde para aclimatarse al horario del encuentro. Después viajó a Granada en contra de sus principios –suele desplazarse el mismo día del partido–. Las malas experiencias esta misma temporada con los partidos a las cuatro de la tarde (0-0 en Getafe y 0-1 ante el Málaga en el Camp Nou) han hecho que Luis Enrique tome cartas en el asunto. El equipo azulgrana sufre una alteración de sus biorritmos en esa franja del día en la que baja su nivel de forma alarmante y el técnico asturiano quiso entrenar a la misma hora del encuentro y viajar.
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