No es la primera vez que el Granada sufre una actuación controvertida por parte del colegiado catalán Álvarez Izquierdo. De hecho, uno de los más polémicos arbitrajes acaeció en otro partido con el mismo rival de este lunes por la noche. Fue en el Levante - Granada del curso pasado, con victoria por 0-2 del equipo valenciano, dirgido entonces por Joaquín Caparrós.
Con 0-0 en el marcador, Álvarez Izquierdo cobró como penalti un corte con la mano del central David Navarro, en un envío de Riki. El colegiado decretó pena máxima, pero ante las protestas de los jugadores rivales de los rojiblancos se acabó arrepintiendo. La acción punible existió, como demostraron las repeticiones.
Este lunes, Álvarez Izquierdo se vio en la misma tesitura de señalar una infracción en el área a favor del Granada, aunque esta vez sí la cobró. La mano de Camarasa se transformó en el tanto desde los once metros de El Arabi. Sus juicios más polémicos vendrían tras el descanso, cuando repartió tarjetas rojas por doquier, exagerando castigos. Ni la zancadilla lateral de Colunga puede calificarse de entrada por detrás, ni el forcejeo entre El Arabi e Iván Ramis se puede elevar a la categoría de pelea, como pareció interpretarse por sus tajantes rojas.
Lo desconcertante es que el acta describe al dedillo lo ocurrido, pese al castigo implacable. De Colunga dice que fue expulsado "por dar una patada a un contrario derribándole, no estando el balón a distancia de ser jugado". De El Arabi, "por discutir con un contrario empujándole reiteradamente, estando el juego detenido". Lo que en cualquier campo concluye con sendas amarillas, en el Ciudad de Valencia desmontó al Granada.