La vuelta a la competición para el Córdoba y el Granada llega marcada por las exigencias. Los resultados cosechados por los rivales directos de ambos clubes han provocado que el Granada solo pueda salir de los puestos de descenso si obtiene un triunfo en el Estadio El Arcángel mientras que el Córdoba no tiene ninguna opción matemática de eludir la zona roja de la tabla en la presente jornada.
El partido de esta noche (20:45 horas) es de extrema necesidad para los dos conjuntos. El Córdoba, penúltimo en la tabla, no ha ganado esta temporada ningún partido como local y luchará por no darle un nuevo disgusto a su afición. En el cuadro califal la ilusión de poder reforzarse en el mercado de invierno y que el equipo de Miroslav Djukic sea más competitivo en la segunda vuelta ha permitido que resulte más fácil pasar página después del duro varapalo sufrido en la visita al estadio del FC Barcelona (5-0).
En el Granada también se sueña con ser un equipo mejor y el primer propósito de año nuevo es volver a ganar después de 12 jornadas de liga consecutivas sin lograrlo. El equipo de Caparrós no celebra una victoria desde septiembre y eso ha provocado que los rojiblancos se hayan situado en los puestos de descenso a la Liga Adelante.
El choque ante el Córdoba será una oportunidad de oro para que los titulares demuestren que pueden sacar la situación adelante aunque algunos de los teóricos suplentes también pueden reivindicarse. Márquez parte como favorito por delante de Eddy y Yuste para acompañar a Rico en el doble pivote debido a la sanción de Iturra. En ataque, la inesperada tardanza de Success en la vuelta al trabajo le ha vuelto a abrir las puertas de una nueva convocatoria a Ortuño y Riki también quiere demostrar que está a la altura de las circunstancias.
No se permiten más tropiezos. Y es por eso que hoy, pese a ser la primera jornada del nuevo año, lo que hagan cordobesistas y granadinistas se mirará con lupa por parte de sus respectivas aficiones y de los equipos rivales, que son conscientes de que si hay un vencedor el subidón de moral será tremendo y, en ese caso, el perdedor quedará bastante tocado.