El derbi andaluz que este domingo disputarán en el Estadio Sánchez Pizjuán el Sevilla FC y el Granada CF (17:00 horas) puede marcar un antes y un después en la actualidad de dos equipos en crisis, que a priori tienen plantillas y entrenadores muy competitivos para cumplir sus objetivos pero que en las últimas semanas no están dando la talla en sus respectivos encuentros.
El Sevilla FC empezó la liga de la mejor manera posible: luchando por el liderato con los poderosos Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid. El cuadro de Unai Emery entusiasmaba a su hinchada con el juego de Deulofeu y los goles de Bacca pero el pasado 2 de noviembre algo se torció.
Los sevillanos podían encaramarse al primer puesto de la tabla si vencían al Athletic Club en San Mamés pero fueron derrotados (1-0) y desde entonces la ilusión ha dado paso a la desconfianza. Un empate en casa ante el Levante (1-1), una dolorosa goleada recibida en casa del FC Barcelona (5-1) y una clara derrota en su reciente partido de la UEFA Europa League ante el Feyenoord (2-0) han puesto en entredicho la credibilidad de un equipo que aspiraba a estar en lo más alto y que por el momento ya está fuera de los puestos de la Champions.
Por su parte el Granada también empezó el campeonato de manera brillante aunque sus objetivos son menos ambiciosos. Una buena racha de cuatro partidos sin perder generó halagos a nivel local y nacional pero los resultados cambiaron y el equipo de Caparrós ya lleva ocho jornadas sin vencer.
El gol es ahora la asignatura pendiente del equipo granadino, que es el menos realizador de la liga, y que puede caer en puestos de descenso si no logra puntuar en un estadio en el que tuvo lugar la última destitución de un técnico en el banquillo del Granada: la de Juan Antonio Albacete Anquela en la temporada 2012/2013.