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Granada CF

Un punto en la 'trampa' de Ipurúa

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Piovaccari disputa un balón con Roberto y Murillo. / EFE

  • El Granada empata con el Eibar con gol de Nyom y pone fin al bache de cuatro derrotas consecutivas en un partido muy trabado disputado en el reducido estadio guipuzcoano

El Granada ha cortado al fin la racha de cuatro derrotas que había encadenado en la Liga después de la machada de ganar en San Mamés. Los tropiezos habían debilitado la imagen de los rojiblancos, que frente al Eibar al menos sumaron un punto después de adelantarse en el marcador. Lo que continúa es el bache en la creación, si bien el duelo ante el Eibar en el coqueto césped de Ipurúa no se perfilaba como el más indicado para la elaboración.

Así lo entendió Joaquín Caparrós, que empleó de inicio a Success y Córdoba en la punta de lanza, con Sissoko y Piti en las bandas. Este último respondió a los galones que se le atribuyen –y no solo por su brazalete de capitán– e intentó liderar la ofensiva rojiblanca, aunque con un discreto acierto. Aun así, no fue el tarraconense el encargado de abrir el marcador. Foulquier vio el desmarque de Nyom por la derecha en un grave error de los guipuzcoanos y el lateral diestro definió con frialdad y con su pierna zurda ante la salida de Irureta. El parisino marcó su segundo gol con el Granada y el primero en la élite para hacer realidad el guion del técnico utrerano.

El planteamiento de esperar pertrechados atrás y cazar alguna ocasión ya se había cumplido hasta la mitad, pero otro lateral diestro abortó los planes. Bóveda se acercó a la frontal para capturar un balón suelto y engancharlo de primeras fuera del alcance de Roberto. El colegiado anuló antes un tanto al Eibar por falta al ‘gato rosa’, que se vio sorprendido por un seco zapatazo desde el borde del área y tras un defectuoso despeje de Sissoko.

En la segunda mitad las mejores ocasiones fueron para los anfitriones, sobre todo una en la que Murillo salvó bajo palos después de un craso error de Babin. Los guipuzcoanos acorralaron durante unos minutos al Granada, que repelió como pudo el peligro. En el tramo final del choque se animó, aunque más por cansancio del oponente que por un verdadero revulsivo a raíz de las rotaciones, donde la entrada de Mainz corroboró que Caparrós ha escarmentado de arriesgar en los partidos equilibrados una vez en los últimos instantes.

El encuentro no fue nada vistoso para el espectador, pero al menos el club granadinista se trae un punto que corta la serie de derrotas. Aun así, el bálsamo se presume escaso si se tiene en cuenta que la próxima semana recibe la visita del Real Madrid a Los Cármenes.

Así se vivió el encuentro