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La mayoría de ellas sabe que el futuro está en los libros y cursan estudios superiores.

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La mayoría de ellas sabe que el futuro está en los libros y cursan estudios superiores. RAMÓN L. PÉREZ
GRANADA CF

Futboleras con la cabeza amueblada

El Granada femenino es un ejemplo de compatibilizar el deporte con la formación académica

RAFAEL LAMELAS | FOTO: RAMÓN L. PÉREZ

GRANADA

Sábado, 30 de diciembre 2017, 00:24

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Ríos de deportistas van y vienen por la pista de atletismo del Estadio de la Juventud mientras unas mujeres patean balones, con extraordinaria habilidad, en el campo de césped artificial que se ubica en las instalaciones. Casi cada noche, a eso de las 21 horas, estas intrépidas se calzan las botas de tacos y empiezan a entrenarse. Todas tienen la mente cargada de sueños deportivos, aunque cada rincón de sus cabezas está bien amueblado. Las jugadoras del Granada femenino tienen el firme desafío de subir a Primera división, como sus colegas del masculino, pero el reto no las despista de la realidad. De labrarse un futuro distinto. Son un buen ejemplo de compatibilizar la formación académica con el espíritu competitivo cada jornada, con esfuerzo añadido, mental y físico. Formadas por sana inquietud pero también por puro realismo. Quizás porque desde niñas han sido conscientes de lo difícil que es subsistir así, a diferencia de los hombres, pese al impulso que está viviendo el fútbol femenino últimamente. Algo que les hace pensar que algún día llegará una generación que no sufrirá las carencias actuales y podrá disfrutar en plenitud de su carrera, sin menoscabo de seguir estudiando, como ellas hacen, y que sirva de algo a partir del día siguiente a la retirada.

El elenco tiene un poco de todo. Una médica, una aparejadora, varias fisioterapeutas y numerosas estudiantes en distintos niveles, desde grados como el de Administración y Dirección de Empresas, Antropología o Educación Física a módulos como el de Laboratorio o Contabilidad. Algunas, por pura juventud, todavía están en el instituto. Y es que formarse en una ciudad como Granada es uno de los atractivos que presenta el club con respecto a otros competidores a la hora de fichar. «Nos sirve para convencer a algunas de fuera. Contamos con cinco pisos para ofrecer diez habitaciones, a lo que unimos la manutención en el almuerzo y cena, más una ayuda por el kilometraje a las que necesitan desplazarse», explica María José Mesa, coordinadora del equipo, quien se ha desvivido durante años hasta conseguir la modernización del proyecto, alcanzando soluciones con las directivas de turno en el Granada.

  • A Romero Fisioterapeuta, 22

  • María V ESO, 15

  • Elo E. Física, 26

  • Peque E. Física, 21

  • Raky Fisioterapeuta, 23

  • Lula Fisioterapeuta, 30

  • LPérez GADE 19

  • Lauri E. Física, 27

  • Oviedo Futbolista, 25

  • White Médica, 25

  • Alba P Bachillerato, 17

  • Mari Laboratorio, 23

  • TGalán Antropología, 24

  • Urre Aparejadores, 27

  • Coronel Futbolista, 36

  • Cynthia Administrativo, 27

  • Yurena Bachillerato, 21

  • Mushu Bachillerato, 20

  • Loa Mod citología, 20

  • Adriana TAFAD, 18

Su vocación de mirar por los demás inclinó a Amy Lozano White a querer ser doctora. Un carácter generoso que se percibe en su entrega cuando actúa sobre el césped también. «Está feo que eso lo diga yo», alega con modestia. En mayo acabó el MIR «pero no me lo preparé bien por unos problemas personales, así que me volveré a presentar en febrero», aporta. Ocho horas hincando los codos a diario es su terapia para que salga correcto esta vez, con la recompensa de estar con sus compañeras y el esférico al caer la tarde.

Las rojiblancas tienen un partido clave a final de enero para dilucidar si podrán subir a Primera

Como a muchas de ellas, le sorprende que entre los futbolistas sean excepción quienes se plantean estudios superiores mientras siguen en activo, a pesar de contar con un tiempo libre similar. «Llama la atención pero parte de que nosotras asumimos que no vamos a vivir del fútbol. Queríamos hacerlo de niñas, como es normal, pero nos forman así, para que seamos conscientes. Es triste no conseguirlo y ojalá exista la posibilidad para muchas en el futuro», espera.

Para Ana Urrea, 'Urre', las jornadas acaban siendo maratonianas y el ordenador se convierte en un fiel compañero en los desplazamientos. Ella es aparejadora, ha cursado un máster de edificación y ahora trabaja en un estudio de arquitectura. «Los días se alargan y estás más cansada», reconoce, aunque su valoración sorprende porque hay quien la apoda la 'correcaminos', ya que es incansable desde el lateral izquierdo. Urre se fue un año de Erasmus a Londres y allí siguió practicando su pasión. «Jugaba en el equipo de la Universidad y en otro más, en la llamada 'liga de los domingos'», recuerda. Su visión sobre este deporte tiende al optimismo. «Hoy sí hay algunas que pueden llegar a ser profesionales, pero hay que pensar que en esto te retiras joven y tienes que pensar en lo que vendrá después», reflexiona.

La capitana de la escuadra, Alicia Amaro 'Lula', una de las más veteranas del equipo a sus 30 años (solo superada por la argentina Coronel, de 36) montó hace tres años una clínica de fisioterapia y es consciente de que llevar todo adelante conlleva sacrificios. «Sales menos, no trasnochas y condicionas tu vida social, pero también te disciplina. Tengo una anécdota con mi madre, el día antes de un examen cuando estaba en segundo de Bachillerato. Quería saltarme el entrenamiento para seguir estudiando y ella me dijo que no, que como si me tenía que tirar toda la noche en vela luego, pero que me había comprometido a sacar las dos cosas y así tenía que ser siempre», descubre. A Lula le asombra que los chicos pasen o abandonen los libros en muchos casos. «He trabajado con las selecciones inferiores granadinas y he visto a chavales que no le dan ninguna prioridad a los estudios. ¿Tan claro tienen que van a vivir del fútbol?», se pregunta.

Las hay que se han adentrado en el terreno de la formación. Hay intención de que la portera Andrea Romero se sume a los entrenadores de guardametas del club. Elo entrena al cadete femenino, tiene a Adriana como delegada y preparadora física y a Oviedo de segunda. Lauri se encarga del infantil, con Raky de segunda.

También hay un grupo de internacionales. Lo son, con España, la campeona de Europa sub 19 Laura Pérez, universitaria; la subcampeona de Europa sub 17 Alba Pérez, perla de la cantera, y la jovencísima María Valenzuela, portera de solo 15 años que es llamada por la sub 16. Lula también estuvo más joven con las 'Rojitas', mientras que hay un dúo de argentinas: Coronel, que ha disputado el Mundial y los Juegos Olímpicos, y Oviedo, goleadora con una década luciendo la albiceleste.

La situación

El Granada femenino milita en el grupo IV de la 'división de plata', encuadrada en una Liga desigual en la que se delimitan claramente quiénes son los aspirantes a subir por potencial, para lo que hay ser campeón y luego disputar una fase de ascenso con el primero de otro grupo. Un formato de enorme dificultad que complica la empresa de revivir aquella gesta de 2013, cuando eliminaron al Oviedo Moderno y se plantaron en la élite durante una temporada. Un salto que algunas integrantes actuales ya disfrutaron.

El equipo está segundo en la clasificación con 32 puntos, a dos del líder, el Málaga, con el que se enfrentan la última semana de enero. Un derbi en tierras costaloseñas en el que se dirime más de media temporada. El entrenador del equipo es Roberto Valverde desde hace cuatro temporadas. El que fuera atacante del Granada, sumando ocho campañas en tres etapas diferentes, trata ahora de fraguar el ascenso a Primera, como hizo Toni Moreno en 2013.

«Estamos en el grupo más fuerte. El fútbol no es solo jugar sino que también hay que tener fortuna. La suerte no nos ha sonreído estas últimas tres temporadas, sobre todo en la pasada», lamenta. A quien viene a ver un partido suelto le llamará la atención que hacen «un fútbol de toque. No impera la fortaleza física, no es todo tan intenso como con los hombres. Lo basan más en la técnica y es un juego más puro. La esencia de este deporte en cuanto a calidad -abunda-. Son muy receptivas y aceptan bien el trabajo. Para mí es una ilusión que desarrollen el fútbol que me gusta».

Valverde no recuerda problemas de machismo con su equipo. «Solo una vez, con un árbitro, que era encima granadino, y que se metió con algunas de ellas hace tiempo», apunta. A Valverde le asisten Nuria Gallardo en la preparación física; Sergio Muñoz en el 'scouting'; Juan Carlos 'el Pescao' Fernández como entrenador de porteros; José Miguel Funes en la fisioterapia; y Ana Belizón en funciones de delegada.

Por debajo del Granada femenino hay un filial, el cadete (fútbol 7), el infantil (que doblegó recientemente al Granada masculino por 2-10) y el alevín, que también juega ante chicos y tiene a la pichichi de la Liga, Gadea. También hay benjaminas que forman parte de la escuela y que actúan en equipos mixtos. Quizás ellas sí puedan algún día vivir bien con el fútbol, aunque siempre será buena estrategia, aunque fuera así, cultivar el cerebro.

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