El campeonato de Segunda División es un claro modelo de liga auténticamente competida. Cualquiera puede hacerle un roto a cualquiera, se puede caer derrotado ante cualquier rival, por baja que sea la posición en la tabla del mismo, y un solo gol te puede encumbrar a la cabeza o distanciarte de ella en la misma jornada. No existen las diferencias abismales de la liga de Primera entre el grupo de los de arriba y el furgón de cola, y las diferencias de puntos en Seguna son siempre estrechas. Una buena racha te encumbra, y una mala te hunde.
Si el Granada patinó ante el filial sevillista la pasada jornada, que visitaba Los Cármenes como colista, en esta última fueron Numancia y Osasuna, que antecedían al Granada en los puestos de privilegio de la tabla, los que se deshilacharon ante Nástic de Tarragona y Alcorcón, ambos en las bajeras de la clasificación. Sólo el Huesca parece en las últimas jornadas en racha y funcionando como un reloj, con Melero y Cucho Hernández en plan estrellas acechando Los Cármenes el próximo fin de semana.
El Granada tuvo que sudar y mucho para puntuar en León ante la Cultural. Partido muy igualado, con una parte de dominio de balón para cada equipo, pero donde en el cómputo final quizá los granadinistas tuvieron más llegadas claras de gol que los locales. No fue en modo alguno un encuentro para el tedio, pues ambas escuadras buscaron el área rival desde el pitido inicial hasta la conclusión del duelo.
Ante dos rivales teóricamente de la zona media-baja el Granada sólo ha obtenido un punto, cuando venía de una racha impresionante que lo había aupado al liderato. No puede atribuirse el bajón en los resultados a una caída de la intensidad competitiva de los hombres de Oltra, o a un exceso de confianza que les haya pasado factura. Es cierto que las ausencias de Machís ante el Sevilla Atlético, y del encargado de la manija del juego Montoro ante la Cultural, han sido dos inconvenientes de peso en el desarrollo de ambos envites. Pero tampoco puede atribuirse el paso atrás dado exclusivamente a dichas circunstancias.
Quizá un cúmulo de ellas puedan explicar mejor el frenazo a la marcha sólida que hasta la jornada pasada había mostrado el equipo, culminada con un partido muy completo y serio en El Sadar ante Osasuna. En una liga tan igualada como la Segunda los detalles son fundamentales. El equipo ha bajado mucho su eficiencia en ambas áreas. Se han encajado los últimos goles con una actuación de la zona central de la defensa muy por debajo de la altura demostrada en encuentros precedentes. Si Chico Flores fue el triste protagonista de las dos acciones de gol en contra ante el filial sevillista, no anduvo especialmente acertado en esta ocasión Saunier, modélico hasta entonces en todas sus apariciones, en el gol encajado ante el equipo leonés, donde Rodri le ganó de largo un balón aéreo bien servido desde la banda por su compañero Víctor. Delante, lo que otrora era eficacia en las llegadas, se ha tornado en una necesidad preocupante de reiteración de oportunidades para alcanzar el gol. Fue otra vez Joselu el que al fin perforó la meta rival para igualar el partido, pareciendo que su olfato empieza a afinarse y justificar el halo con el que llegó desde tierras lucenses al Granada.
Junto a ello, también es cierto que la caída en el centro de la medular de la dupla formada por Baena y Montoro, ha hecho decaer el engranaje del equipo en la ocupación, corte y elaboración que parecía estar cada vez mejor. Alberto Martín es sacrificado pero carente de capacidad asociativa ni de claridad en el pase. Y Espinosa no acaba de coger una línea de regularidad, apareciendo demasiado esporádicamente para ofrecer su indudable calidad. Kunde fue el más activo en León, demostrando potencia y criterio, minimizando errores, aunque sigue pareciendo más peligroso cuando se incorpora al ataque como segunda línea que cuando se limita espacios desde más atrás.
En la caída de eficacia delante mucho tiene que ver la falta de acierto de las bandas en los dos últimos encuentros. Pedro no está ahora afortunado, y tras una gris actuación ante los sevillistas en Los Cármenes, desaprovechó hasta tres ocasiones bastante propicias ante Jesús Fernández en la primera parte del partido ante la Cultura Leonesa. Se ha demostrado trascendente adelantarse en el marcador en otras ocasiones, y en León fue una pena desperdiciar las buenas incursiones venidas todas desde el flanco izquierdo, con Machís y Álex Martínez de asistentes de las mismas. A esto se suma la bajada flagrante en la eficacia de las jugadas a balón parado, cuestión de gran importancia en la obtención de puntos en un campeonato tan igualado, donde Pedro había sido protagonista de acciones destacadas en la primera parte de la competición. Tampoco Machís estuvo tan brillante como en otros partidos ante la Cultural, aunque hay que seguir reconociéndole que prácticamente la totalidad del peligro generado por su equipo se debió a acciones directas del venezolano o donde participó, caso del magnífico pase a Joselu en la jugada del gol del empate.
Estas dos últimas jornadas han encendido la luz de alarma sobre las alternativas o revulsivos que están disponibles desde el banquillo, que casi nunca han ofrecido soluciones a los problemas aparecidos en los encuentros. Rey Manaj apunta maneras cuando pelea los balones aéreos y busca espacios entre las defensas rivales, pero aparece poco resolutivo ante el marco rival. Lo de Puertas empieza a ser preocupante, pues el almeriense, en las oportunidades tenidas hasta ahora, no ofrece una sola señal que permita ilusionarse por sus futuros aportes al plantel. Kunde es el único que aparece lleno siempre de fuerza e ímpetu, sea más o menos afortunada su participación, solventando con suficiencia sus actuaciones, ofreciendo garantías cuando aparece como titular o suplente.
Al menos el pequeño bache de resultados no ha alejado al equipo de los puestos de privilegio, dado que muchos rivales han fallado, algunos con estrépito, como el Spórting ante el Cádiz en su propio domicilio. Los gaditanos, que se atisbaban lejos hace unas jornadas, están ahora a un solo punto del Granada. Y a la lucha por arriba se han sumado también dos históricos como Rayo Vallecano y Valladolid. La emoción está asegurada, y la próxima jornada toca recibir al flamante líder oscense que en sus últimas actuaciones ha dado muestras de equipo compacto y eficiente. Será importante afinar la concentración en las áreas y recuperar el tono de juego en el centro del campo para luchar adecuadamente por permanecer en esa nutrida pomada de la parte alta de la tabla.
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