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GRANADA
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Martes, 24 de octubre 2017, 00:59
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El Granada se ha puesto manos a la obra para solucionar la problemática que surge en los partidos del filial, donde las limitaciones en las zonas de asientos de la ciudad deportiva Diputación, en Armilla, no sólo han despertado las quejas del medio millar de seguidores rojiblancos que gustan de ver al Granada B, sino de los visitantes, como ha pasado esta semana con el Cartagena, que arrastra bastantes hinchas. La escena de ver a su presidente, Paco Belmonte, de pie tras la misma valla que otros hinchas en solidaridad, daña la imagen del club rojiblanco, que envió disculpas que fueron bien recibidas en tierras murcianas. La recuperación de las gradas supletorias que sí estaban el curso pasado es una de las medidas que estudia la entidad, que decidirá qué hacer en un margen de 48 horas.
La situación ha llegado a este extremo tras el traslado de los partidos del conjunto que dirige Pedro Morilla a esta instalación, después de estar alternándose con el primer equipo en el estadio de Los Cármenes. El deterioro del césped ocasionó que esta fuera la alternativa. La ciudad deportiva Diputación tiene un campo que está bajo el cuidado del Granada, pero en el resto de servicios tiene un uso totalmente público, por lo que no se pueden cobrar entradas ni se cuentan con las mejores prestaciones. De hecho, el club también quiere recuperar el uso de los vestuarios que se levantaron en el lugar cuando el primer equipo entrenaba allí, antes de marcharse a su propia ciudad deportiva, así como la sala de prensa que está junto al acceso principal, para mejorar la atención con rivales que llevan detrás bastantes medios.
La RFEF ha notificado a los equipos que esta temporada no se puede estar cambiando continuamente de lugar de celebración de partidos, de ahí que no esté previsto un retorno al estadio en principio. La aspiración original era que el Granada B se mudara en enero a su ciudad deportiva, siempre y cuando la obra pendiente estuviera lista. Pero esta ni siquiera ha comenzado y no sólo se ciñe a preparar un terreno válido y una grada, sino que tienen que adecuar los accesos y tener unos vestuarios para los equipos y árbitros, también pendientes. De ahí que la opción más plausible sea la de una tribuna provisional en Armilla, que al menos saque del apuro ante esta coyuntura, que generó agrias críticas.
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