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AGENCIA LOF / IDEAL
Cinco adjetivos para conocer mejor a Pedro Morilla
Granada CF

Cinco adjetivos para conocer mejor a Pedro Morilla

El hasta ahora técnico del Granada B es un desconocido para muchos por no haber entrenado en el fútbol profesional

Antonio Navarro

GRANADA

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Martes, 20 de marzo 2018, 21:31

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Pedro Morilla Pineda era un gran desconocido para el granadinismo hasta el año 2016. Fue entonces cuando se incorporó a la estructura deportiva del Granada y en el verano de 2017 aceptó la responsabilidad de dirigir al filial rojiblanco. Ahora, en marzo de 2018, toma las riendas del primer equipo tras la destitución de José Luis Oltra y el objetivo seguirá siendo el mismo que el de su antecesor: crear un equipo ganador y ascender a Primera división.

Pero, ¿cómo es y cómo piensa el nuevo entrenador del Granada? Te ayudamos a conocerlo con cinco adjetivos.

-Novel: Algunos seguidores rojiblancos han mostrado dudas acerca de su designación por su falta de experiencia en el fútbol profesional. Ciertamente es un dato objetivo que no ha entrenado a ningún equipo de Primera ni de Segunda División. Ha dirigido 60 partidos en Segunda B (con Granada B, Talavera y Betis B) y bastantes más en categorías inferiores, pero buscar el ascenso a Primera con el Granada sin duda supone su mayor reto desde que inició su carrera en los banquillos.

-Cercano: Dialogante con sus "chavales" -como cariñosamente ha llamado siempre a sus jugadores del Granada B- Morilla es un técnico que, al ser ex futbolista, conoce y comprende las inquietudes de los hombres que tiene bajo su cargo. En cierta ocasión un jugador del 'B' que llevaba varios partidos sin jugar le explicó que sin minutos no podía demostrar lo que valía, a lo que su entrenador respondió que lo más importante era crecer y apoyar a los compañeros para que lo hicieran bien. El citado jugador terminó teniendo su oportunidad en el once titular, aunque en el 'B' las rotaciones en las alineaciones han sido bastante frecuentes.

-Pragmático: Para conseguir el resultado deseado a Morilla no le importa que su equipo actúe de manera más ofensiva o defensiva, según el caso. La manera de jugar del rival se estudia previamente y hay que tener en cuenta sus fortalezas y debilidades. En casa el Granada B no renuncia nunca al balón aunque fuera han existido partidos en los que el técnico ha pedido a sus futbolistas "saber sufrir" para amarrar un buen resultado. Importa el orden defensivo, el equilibrio entre líneas y el terminar creando ocasiones de gol. No conviene perder de vista que, a diferencia del primer equipo, el Granada B por el momento lleva una media de menos de un gol encajado por partido (27 goles en contra en 30 encuentros).

-Sabio: Quizá el término más adecuado sea 'conocedor de la cantera', pero se puede usar sabio como adjetivo. Morilla lleva dos años perteneciendo al club rojiblanco y conoce perfectamente a los jugadores de la primera plantilla y también del filial. Si necesita recurrir a futbolistas del Granada B conoce mejor que nadie las virtudes y defectos de cada uno porque lleva ocho meses trabajando con ellos a diario. Teniendo en cuenta que Oltra no ha convocado a ningún futbolista del B, aunque muchos sí han entrenado con el primer equipo, puede haber novedades en este aspecto.

-Apasionado: Aunque en el Granada B no ha tenido presión mediática ni por parte de la hinchada, el nuevo técnico del Granada es exigente y en una entrevista con IDEAL de hace unos meses no ponía techo ni al crecimiento de su equipo ("el objetivo es la permanencia, pero de ahí hacia adelante aceptamos todo lo que venga", decía) ni del propio club ("no queremos que los futbolistas de Granada se vayan a otros clubes como Villarreal, Sevilla, Málaga o Betis"). Es partidario de ir "partido a partido" y, por ejemplo, en el último encuentro de liga ante el Murcia se enfadó muchísimo al ver que el árbitro no pitaba un posible penalti en la última acción del partido, que a él le pareció "clarísimo". Afortunadamente tuvo la suficiente cabeza fría para que sus protestas tras el pitido final no fuesen lo suficientemente duras como para ser sancionadas por el trencilla, con el que dialogó sobre el césped, pero sin llegar a ser amonestado.

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